Cuando empiezas a sentir que las cosas se ponen difíciles, es importante tener una base en la que apoyarse para mantenerte pensando en positivo y sintiéndote motivado para seguir adelante, tanto en el futuro inmediato como a largo plazo. Echemos un vistazo a por qué es importante tener objetivos ciclistas tanto a corto como a largo plazo y cómo establecerlos de forma efectiva.
Alivias la ansiedad mientras aumentas la concentración y la motivación
Independientemente del papel que la bicicleta juega en tu vida, establecer incluso objetivos modestos puede ayudar a añadir un nivel adicional de placer y satisfacción a una actividad que ya disfrutas. Cuando tienes una idea clara de lo que estás trabajando, automáticamente te beneficias del sentido de propósito que viene con ello. Se te saca del mar inexplorado y se te dirige de nuevo a su curso.
Si no te has dado la oportunidad de sentarte a pensar en tus objetivos, ¡es hora de hacerlo! Escríbelos en papel y no tengas miedo de soñar en grande. La belleza de establecer objetivos tanto a corto como a largo plazo es que te permite tener algo que esperar en un futuro próximo (cumplir un objetivo menos ambicioso) y algo en lo que concentrarte cuando estás perdiendo de vista el panorama general (lograr un hito significativo en el camino). Al delinear lo que se quiere lograr, es mejor comenzar a expandirse y luego concentrarse en los pasos más pequeños que hay que dar para llegar allí. Esto te ayudará a ver las cosas como una progresión general y ver cómo un paso del proceso se relaciona con el siguiente.
ITe permite evaluar tus fortalezas y debilidades
Cuando se cae en una rutina cómoda puede ser fácil perder de vista dónde están tus fortalezas naturales y dónde tienes que poner más esfuerzo para mejorar. Al comprometerte con ciertos objetivos, automáticamente se da una estructura que puede proporcionar información sobre si estás o no en el camino correcto. Puede que tengas una gran capacidad de resistencia pero esperas tener un buen rendimiento en una prueba de contrarreloj y, por lo tanto, necesitas centrarte en la velocidad. También podría ser al revés. Sea cual sea el caso, prestar atención te ayudará a identificar las oportunidades de crecimiento y a hacer el mejor uso de tu tiempo.
Puede que te des cuenta de que te gustaría mejorar tu escalada y por lo tanto es hora de ir a hacer puertos. O tal vez aprenderás que para alcanzar tus metas de sprint, necesitas esforzarte más allá de tu 80% de frecuencia cardíaca máxima habitual. Entonces podrás desarrollar el tipo de plan de entrenamiento aeróbico que te ayudará a mejorar este aspecto de tu fisiología. Invirtiendo un poco de tiempo en el desarrollo de un enfoque específico, descubrirás lo que significa trabajar más inteligentemente, no necesariamente más duro.
Expande tus horizontes
El desarrollo de objetivos a corto y largo plazo permite alcanzar un equilibrio entre la estrategia y la táctica. En resumen, la estrategia se centra en el destino al que quieres llegar, y las tácticas describen las acciones específicas que vas a tomar en el camino. En cuanto tengas un camino trazado con los recursos específicos y las mejores prácticas para guiarte a lo largo del viaje, estarás mejor equipado para cumplir tu plan y mantener un alto nivel de motivación a lo largo del tiempo.
Recuerda que aunque tus metas ciclistas deben ser realistas, no deben imponer limitaciones. Siempre debes centrarte en definir los mínimos, no los máximos. Cuando formules tus objetivos, usa un lenguaje como “por lo menos”, “más de” o “tan rápido como”. Piensa en cada entrenamiento como una oportunidad de acercarte un paso más a donde quieres estar. Con este enfoque, no se sabe hasta dónde llegarás.