La hipótesis de la ventana abierta
Si alguna vez has escuchado que el ejercicio puede deprimir tu sistema inmunológico es porque, seguramente, has oído hablar de la hipótesis de la ‘Ventana-Abierta’. Dice que el sistema inmunológico está comprometido en las horas posteriores a un entrenamiento vigoroso y que incluso aumenta el riesgo de infecciones en los días posteriores. El problema es que esta teoría está basada en una evidencia muy antigua y que no ha sido revisada en los últimos años.
Una reciente revisión dice otra cosa
Los autores John P. Campbell y James E. Turner decidieron investigar esta hipótesis y publicaron sus hallazgos en la revista Fronteras de la Inmunología en 2018. El título de su reseña habla por sí mismo: “Desmentir el mito de la supresión inmunológica inducida por el ejercicio”: Redefiniendo el impacto del ejercicio en la salud inmunológica a lo largo de la vida”.
Miraron los pilares clave de la hipótesis de la ventana abierta y encontraron problemas con todos ellos. Dicen que hay pocas pruebas fiables que apoyen la afirmación de que el ejercicio vigoroso aumenta el riesgo de infecciones oportunistas. También han demostrado que los cambios en la inmunidad de la mucosa después del ejercicio no significan un período de supresión inmunológica. Y señalan que las dramáticas reducciones en el número y la función de los linfocitos 1-2 horas después del ejercicio reflejan una redistribución transitoria y dependiente del tiempo de las células inmunes a los tejidos periféricos, lo que resulta en un mayor estado de vigilancia y regulación inmunológica, en contraposición a la supresión inmunológica.
El ejercicio regular es beneficioso para tu inmunidad
En esta revisión también se afirma que las pruebas epidemiológicas indican que el ejercicio frecuente y estructurado reduce la incidencia de muchas enfermedades crónicas en la vejez, incluidas las enfermedades transmisibles como las infecciones virales y bacterianas, así como las no transmisibles como el cáncer y los trastornos inflamatorios crónicos. La actividad física regular podría incluso limitar o retrasar el envejecimiento del sistema inmunológico.
Los entrenamientos largos no son un peligro para tu inmunidad
Esta nueva revisión de la investigación actual muestra que las pruebas para la afirmación de que el ejercicio duro suprime la inmunidad y hace a las personas más susceptibles a las enfermedades son débiles. Además, también reconfirma los beneficios que el ejercicio regular tiene sobre la salud y la inmunidad a largo plazo. Por lo tanto, parece que no tenemos que preocuparnos demasiado por los entrenamientos largos mientras sigamos montando regularmente.