Por eso de lo que se presentó en París sobre el papel a lo que luego sucede en carrera va demasiado trecho. Influyen los contendientes. Se espera a Pogacar y Vingegaard, pero luego siempre puede aparecer alguno por la tangente. Quizás Roglic, o un recuperado Egan Bernal o Carlos Rodriguez ya con los galones de Ineos. Lo que parece claro es que el otro niño maravilla, Remco Evenepoel, dejará de lado el Tour por el Giro o La Vuelta. La razón, de los 21 días solo hay una contrarreloj, corta, de 22 kilómetros y con un puerto final de dos kilómetros al 9%. Demasiado poco para el belga. Así que todo se volverá a decidir en la alta montaña, como en este 2022. Para 2023 hay hasta ocho jornadas montañosas, pero ninguna pasa de 180 kilómetros. Hay un top 2.000, el Col de La Loze, y solo tres etapas superan los 4.000 metros de desnivel. Todas en los Alpes. Se tocan Pirineos, Macizo Central, Jura, Alpes y Vosgos por este orden. Pero la penúltima es ‘solo’ una jornada de media montaña al estilo del final de la Vuelta 2021 en Galicia. Un poco descafeinado para ser el Tour.
De Bilbao al Puy de Dome pasando por Pirineos
Las primeras nueve etapas del Tour de Francia 2023 son de las más duras que se recuerdan en años, por lo que los favoritos deben llegar ya con el punto de forma bien cogido. Aparecen el Tourmalet, Jaizkibel, Marie Blanque, Soudet y el Puy de Dome. La salida en Bilbao el 1 de julio. No será una jornada sencilla y de paseo. Más de 3.500 metros de desnivel con San Juan de Gaztelugatxe, Umbe, El Vivero y un repecho que se llama Pike Bidea(calle) que es eso mismo, una calle al norte de Bilbao con dos kilómetros casi al 12%. Cuando se corona se sigue llaneando hasta el descenso final a Bilbao. A falta de solo 10 kilómetros para meta. No habrá sprint masivo.
Al dia siguiente salida de Vitoria para la jornada más larga del Tour, 210 kilómetros. Seis cotas de montaña y la última Jaizkibel desde Hondarribia para terminar en San Sebastián, igual que la Klasikoa hasta hace unos años. Tampoco habrá final de grupo porque solo hay 20 kilómetros desde la cima de Jaizkible a meta.
El lunes 3 de julio la etapa parte de Amorebieta, atraviesa toda la costa guipuzcoana y termina en Bayona en lo que se preveé el primer final para velocistas. Seguramente el martes 4 entre Dax y Nogaro también será turno para los hombres rápidos, porque ya en la sexta etapa llegan la alta montaña.
Los Pirineos de este 2023 tienen una versión light. El miércoles 5 de julio la carrera parte de Pau para terminar en Laruns, dos ciudades pirenaicas por excelencia, pero por una versión reducida. Solo 165 kilómetros, de ellos 70 planos hasta el inicio del Col de Soudet. Desde su cima otros 50 entre bajada y llaneo, el Col de Ichere es un repecho para el pelotón, hasta el inicio de Marie Blanque. Eso sí, los cuatro kilómetros finales al 11% serán decisivos porque la meta, al igual que en 2020, estará en Laruns. Pero ojo, aquel día Pogacar y Roglic acabaron sprintandose (y casi tirándose) en la cima de Marie Blanque.
El jueves 6 de julio se suben Aspin y Tourmalet, pero solo sale una etapa de 3.500 metros de desnivel en 145 kilómetros con final en Cauterets, quizás la meta más sencilla de todos los Pirineos. Con lo ‘fácil’ que hubiese sido alargar 10 kilómetros más hasta Pont d’Espagne…
El Tour de Francia 2023 se alejará hacia el centro de Francia con dos etapas llanas. Desde Mont de Marsans (donde vivió sus últimos años Luis Ocaña cultivando viñas) a Burdeos y la siguiente con final en Limoges y 201 kilómetros. A partir de ahí todas bajarán de las dos centenas de kilometraje. Para cerrar el primer bloque el Tour ha elegido el Volcán Durmiente de la Auvernia. La meta de la novena etapa en el Puy de Dome es un recuerdo al ciclismo vintage, casi en blanco y negro. La carrera no llegaba allí desde hace 35 años, si, el Tour de ganó Perico en el 88 y para muchos aficionados será la primera vez que lo puedan ver en directo en la televisión.
El puerto se las trae porque además de ser 13 kilómetros de subida el final es lo más complicado, con una pared de cuatro kilómetros finales por encima del 11%. Normal que allí en 1964 pelearan a cara de perro Anquetil y Poulidor, el día que pudo cambiar la historia del ciclismo. Ninguno de los ganó, sino que lo hizo Julio Jiménez, uno de los mejores escaladores de la historia, seguido por Bahamontes, que en eso de escalar no le iba a la zaga. Ahora echen cuentas. Subir un Marie Blanque con 42×21 como máximo desarrollo….
El Jura, los Alpes y los Vosgos
Con un inicio de Tour tan complicado, la organización ha rebajado algo el nivel para la segunda semana. Después del día de descanso en Clermont Ferrand, el martes 11 de julio hay una etapa de media montaña por el Macizo Central. Al día siguiente sprint cantado y la jornada del jueves 13 de julio tiene pinta de fuga camino de Belleville. Todo para que los favoritos puedan ir ahorrando fuerzas para quizás el tríptico más duro de todo el Tour.
Serán tres jornadas seguidas que empezarán el viernes 14 de julio en el Jura con el final en La Grand Colombiere después de solo 138 kilómetros de etapa. El fin de semana el Tour se adentra en los Alpes con dos etapas de más de 4.000 metros por las zonas menos transitadas en los últimos años.
El sábado 15 de julio es para los buenos escaladores… y los excelentes bajadores. Se atraviesa la zona norte de Alpes, la más pegada a Suiza desde Annemasse, que esta a solo 1 kilómetro de Ginebra, hasta Morzine. Y cada vez que acaba allí la carrera supone bajar el siempre complicado Joux Plane, donde se rompió la clavícula Perico y se dejó medio Tour Ángel Arroyo.
El domingo 16 de julio se llegan a los 180 kilómetros y 4.300 metros de desnivel rodeando el Mont Blanc. Forclaz, Croix Fry, Aravis, el repecho de la Cote de Amerandes (2,7 km al 11%) y el final en Saint Gervais, 7,2 kilómetros al 7,7%.
Después de la última jornada de descanso, turno para la única contrarreloj del Tour. Será individual, de solo 22 kilómetros y con un puerto final de dos kilómetros. Algo insólito en los Tours de los 80, 90 y comienzos del siglo XXI, pero que se ha ido asentando en la última década. Cada vez menos crono y más corta, para que todo se decida en la montaña.
Aún así la crono hará daño, sobre todo porque el día posterior es la etapa reina del Tour de Francia 2023, la única que pasa de los 5.000 metros de desnivel acumulado. Será el miércoles 19 de julio y por los Alpes más conocidos y frecuentados por la carrera. Col des Saisies, Cormet de Roselend, Cot de Longefoy y subida final al larguísimo Col de la Loze, con sus 2.304 metros de altitud. Aquel que debutó en 2020 con triunfo de Miguel Angel López. Solo que esta vez la meta está siete kilómetros más abajo, en la estación de Courchevel, donde Valverde venció a Lance Armstrong en el 2006.
El gran problema de poner la etapa reina un miércoles. Pues que luego quedan cuatro días que parece que no serán demasiado decisivos para saber quien ganar el Tour de Francia 2023. La carrera remontará hacia el norte con dos jornadas llanas, antes de desembocar en los Vosgos para la última oportunidad de conseguir cambios en la general. El Tour ha previsto para el sábado 22 de julio una etapa demasiado corta, 138 kilómetros, pero en la que pretende que se ataque de salida, porque no hay ni un metro llano ni tiempo para que los equipos se puedan recomponer. Quizás un guiño a lo que pasó en el final de La Vuelta 2021 en Galicia.
De salida el Ballon de Alsace. Después toda la zona de bosques quebrados y carreteras estrechas del interior de los Vosgos, para terminar con el Petit Ballon y el Col du Platzerwasel (que es el gran Ballon por otra vertiente), con ocho kilómetros llanos hasta la meta. Si miran la última etapa del Tour Femenino de 2021… encontrarán muchas similitudes.
Y el final, como siempre, en Paris. Aunque para 2023 no supondrá también la salida del Tour Femme, sino que la carrera femenina ya ha cogido su propia autonomía y partirá de Clermont Ferrand para acabar en Pau. Pero eso, ya dará para otro artículo.