Por ejemplo, ahora podemos decir con confianza que el Jumbo-Visma volverá a ser uno de los equipos más fuertes del pelotón, con no uno, ni dos, sino tres líderes, el eterno favorito del Tour Primož Roglič, la sorpresa del Tour de Francia del año pasado, Jonas Vingegaard, y el polifacético Wout van Aert.
De hecho, el exceso de talento en el equipo holandés puede suponer un problema, ya que Roglic y Vingegaard aspiran al maillot amarillo y Van Aert al verde. Como ha dicho Roglic, el Jumbo-Visma también podría aspirar al maillot de lunares porque cuenta con un magnífico escalador, Sepp Kuss, que se espera que corra el Tour.
Roglic -que recientemente firmó una prórroga de su contrato con el equipo holandés hasta 2025- se muestra cauteloso ante la posibilidad de compartir galones y ha pedido al equipo que “piense cuidadosamente” en cómo abordar el Tour de Francia de 2022.
Dado que Van Aert ha declarado públicamente que tiene el maillot verde de Skoda en su punto de mira este año, esto podría suponer un problema para las ambiciones de los otros dos líderes del equipo, Roglic y Vingegaard.
El belga había sido vital para los anteriores intentos de Roglic de ganar el maillot amarillo, con victorias de etapa cuando surgía una oportunidad o, como el año pasado, después de que el esloveno ya no estuviera en la carrera.
En una entrevista con el periódico belga Het Laatste Nieuws, Roglic dijo que existía el peligro de que el equipo repartiera demasiado sus recursos, especialmente con dos corredores que iban a por el mismo premio.
“En teoría, todo es posible”, dijo. “Pero el equipo tiene que determinar cuál es nuestro principal objetivo, y luego tenemos que tener un plan que funcione para los dos. La intención debe ser que Wout y yo nos ayudemos mutuamente. Tenemos que encontrar la manera de que él pueda ir a por una victoria de etapa y yo pueda intentar conseguir algo de tiempo al mismo tiempo. Tenemos que pensarlo bien”.
Roglič dijo que su búsqueda de una victoria en la general del Tour de Francia no es una “obsesión”, insistiendo en que prefiere ser recordado como un “luchador” que ser juzgado por sus trofeos. Sin embargo, a sus 32 años, ésta puede ser la última oportunidad realista que tenga de ganar el maillot amarillo.
“Me encantaría ganar el Tour, claro, pero no necesito ser recordado como el corredor que ganó o no ganó el Tour”, dijo Roglic. “Prefiero que la gente piense en mí como el hombre que luchó por ello cada vez, el hombre que dio lo mejor de sí mismo en cada carrera. Eso es lo que quiero ser”.
El esloveno terminó cuarto en la general del Tour 2018 en lo que fue su irrupción como potencial campeón de una vuelta de tres semanas. Volvió en 2020 tras ganar la Vuelta a España, pero sufrió una desgarradora derrota en la penúltima jornada a manos de su compatriota Tadej Pogačar. Una caída temprana puso fin a sus ambiciones el año pasado.
Cuando se le preguntó si seguía confiando en que podía ganar el maillot amarillo, declaró: “Sí, creo en ello”.