Limpiar la bicicleta en la ducha o la bañeraparece extraño al principio, pero mucha gente lo hace y no tarda en acostumbrarse. Siguiendo unos sencillos consejos, podrás hacerlo sin convertir tu baño en un desastre total. Por eso, aquí tienes nuestros consejos sobre cómo limpiar la bicicleta en la ducha.
Antes de iniciar la limpieza por primera vez, revisa los daños que la bicicleta pueda dejar en los azulejos o en el esmalte de la bañera. Para evitar los arañazos del plato, el cambio trasero y otros objetos punzantes, puedes colocar una protección adecuada debajo de la bicicleta. Una alfombra de goma antideslizante es una opción perfecta y barata que puedes comprar en cualquier ferretería.
¿Y las demás herramientas? Normalmente me conformo con un cepillo, un cepillo de dientes y unos cuantos trapos (unos para hacer el trabajo en húmedo y otros para dejar el cuadro seco y pulido). Algunos ciclistas recomiendan trapos de microfibra, pero yo no soy un gran fan de ellos, ya que sus fibras me tiran de la piel y me resultan extrañas en las manos. Para limpiar la bici en la ducha basta con un líquido lavavajillas normal.
En primer lugar, cepilla bien la bicicleta fuera de casa para eliminar el exceso de suciedad. De este modo, evitarás que dicha suciedad se convierta en barro cuando duches la bicicleta. Además, tendrás menos trabajo para ordenar el baño una vez terminada la limpieza. Utiliza el cepillo suavemente sobre el cuadro y la horquilla para evitar arañazos. También prefiero limpiar la suciedad exterior de la cadena con un trozo de paño seco. Simplemente envuelvo el paño alrededor de la cadena y lo paso por detrás hasta que la cadena queda libre de suciedad. Se puede utilizar otro trapo para fregar la suciedad de la polea del desviador y de los platos.
Si tienes una bicicleta de montaña, la parte más problemática es eliminar la suciedad que se ha incrustado en la banda de rodadura de los neumáticos. Un truco útil es poner la bicicleta boca abajo y dejar que las ruedas giren mientras se les da un golpe con un palo o una varilla (una bomba de aire también funcionaría). Al rebotar el palo en el neumático, la suciedad se suelta y sale volando. En el caso de las bicicletas de carretera, el trabajo es mucho más fácil porque sólo hay que limpiar la suciedad con un trozo de trapo.
Una vez terminado el cepillado, recomiendo quitar las ruedas, ya que es mucho mejor lavarlas por separado. Empezando por el cuadro, le doy una pequeña ducha y luego lo froto con un detergente en un trapo húmedo. A continuación, utilizo el cepillo de dientes para llegar a las partes de difícil acceso y froto el cassette. En el caso de las ruedas, un cepillo de dientes sirve para los bujes. Cuando la bicicleta parece estar limpia, aclaro el detergente y saco brillo a la bicicleta y a las ruedas con otro trapo hasta que estén completamente secas. Poner una alfombrilla de secado debajo de la bicicleta evitará que las gotas ensucien el suelo. Puedes utilizar un cartón, una vieja esterilla de yoga o algo similar. A continuación, lava el baño y el trabajo estará hecho. ¡Feliz limpieza!