El ciclismo en invierno puede presentar todo tipo de desafíos. A menudo, la opción más fácil es volver a entrenar en interiores durante los meses fríos y oscuros del año, y mucha gente lo hace con gran placer. Sin embargo, hay algo épico en la resistencia a los elementos y la superación de la zona de confort. Además, la bebida caliente y la ducha a la vuelta son muy especiales. Estar preparado para el cambio de estación significa estar mejor preparado para rendir al máximo y mejorar el entrenamiento.
Un estudio de la Universidad de Perpignan Via Domitia exploró los impactos de un entorno frío en el rendimiento de los ciclistas profesionales. Se cree que ciertos factores ambientales, como la sensación térmica, la temperatura, la radiación solar y la humedad, influyen en los deportes de resistencia, por lo que el estudio pretendía comprender un elemento de este tipo. Por supuesto, los profesionales pueden responder de forma diferente a ciertos escenarios que nosotros, simples mortales, pero los resultados en este contexto pueden aplicarse de forma bastante general.
En el estudio se observó a seis ciclistas profesionales voluntarios del equipo Wanty Gobert Pro Cycling Team (Bélgica), todos ellos veinteañeros. El estudio se llevó a cabo en febrero, durante el Tour de La Provenza, en la etapa más larga del tour, donde la temperatura era de unos 7°C. Aunque puede ser una experiencia ligeramente diferente a la de un paseo dominical por las carreteras locales, se pueden sentir los mismos efectos.
El estudio explicaba que montar en bicicleta en un entorno frío puede tener un impacto tanto positivo como negativo en el rendimiento, como un menor tiempo hasta el agotamiento y un mayor tiempo para completar una prueba. También se observó que cuanto más larga era la carrera, mayor era la degradación del rendimiento. La temperatura corporal media de los participantes bajó casi un grado durante el transcurso de la prueba. “La temperatura central de partida fue de 37,32 ± 1,31 °C, mientras que la temperatura central final fue de 36,5 ± 1,44 °C”.
Para reducir el impacto del frío en tu régimen de ciclismo, el estudio hizo una serie de recomendaciones basadas en sus hallazgos:
- – Aclimatarse a la temperatura entrenando en condiciones similares a las de las competiciones.
– Aumentar la temperatura interna y muscular antes de salir, por ejemplo, realizando un calentamiento en el rodillo.
– Beber agua a temperatura ambiente o tibia en lugar de fría para facilitar la hidratación.
– Utilizar más capas aislantes antes y durante la carrera para minimizar el enfriamiento de la piel y los músculos.
Disfruta de esos meses de entrenamiento invernal en exteriores y estarás listo para afrontar la primavera con tu estado de forma intacto.