En ciclismo cambia a pasos agigantados y eso no es una noticia. La tradición decía que un ciclista maduraba a los 27/28 años y que mantenía su buen estado de forma hasta los 32/33. La época buena era en torno a los 30, cuando, sobre todo los fondistas, pasaban a dominar las carreras de una a tres semanas. Siempre ha habido excepciones, claro. Que si Merckx ganó cuando era un chaval, que si Hinault. Pero la mayoría llegaron a la treintena y siguieron dominando algún año más. Indurain se retiró a los 32. Armstrong a los 34 y volvió a correr con 38. La tendencia de los últimos años es que los corredores aguantan bien hasta pasados los 35 (Valverde va por su cuenta, claro). Pero la gran noticia es que con 20/21 se puede ganar un Tour (Bernal, Pogacar) y que la generación de los nacidos en torno al año 2000 se está comiendo a la del 90.
Por cuestiones históricas, en entre 2019 y 2021 tendríamos que haber visto la mejor versión de Dumoulin, Quintana, Chaves, Aru, Pinot o Bardet en las grandes Vueltas. Ciclistas que ya estaban curtidos y con experiencia y que se tenían que haber convertido en grandes fondistas. Algo parecido con Sagan, Matthews o Phinney en las clásicas. Era su época de mandar en Flandes y Roubaix o incluso Amstel Gold Race. Sin embargo, ninguno ha estado en la pelea. Ni de lejos.
Aru, Dumoulin, Bardet, Quintana y Pinot
Si algo tienen en común Aru, Dumoulin, Bardet, Quintana y Pinot es que, además de haber nacido en 1990 y ser buenos vueltomanos es que sus mejores temporada las vivieron mucho antes de llegar a la treintena.
El más precoz fue Nairo Quintana. En 2013, con solo 23 años, ilusionó al ciclismo mundial con su primera participación en el Tour de Francia. Acabó segundo por detrás de Froome cuando partía como un semidesconocido. Al año siguiente se llevó el Giro de Italia. Repitió podios en el Tour en 2015 y 2016 y disputó de tú a tú el Giro de 2017 a Tom Dumoulin. Desde entonces nunca ha vuelto a aspirar a una grande y Bernal le quitó el honor de ser el primer colombiano en ganar el Tour. Ahora es el líder del Arkea, de categoría continental y está muy lejos de luchar por una vuelta de tres semanas.
Fabio Aru subió al podio del Giro en 2014 y en 2015 y se llevó la edición de La Vuelta 2015 frente a Tom Dumoulin en la épica etapa de la Morcuera. Con 25 años parecía el relevo de Nibali y uno de los escaladores con mayor proyección internacional. Pues bien, solo volvió a brillar en el Tour 2017, en el que se vistió de amarillo y acabó quinto en la general, aunque lejos de pelear con Froome. Desde entonces no volvió a ser un aspirante a ninguna gran vuelta y se ha retirado en este 2021.
Hasta 2015 Tom Dumoulin era un buen contrarrelojista. Ese año sorprendió a todos con una Vuelta España en la que ganó en Cumbres del Sol (pese a medir 1,85) y estuvo a punto de llevarse la carrera de no ser por la intervención de Landa y Fabio Aru. Al año siguiente acudió al Tour y se llevó dos etapas de montaña (una de ellas con final en Andorra). En 2017 dominó el Giro de Italia, su única grande, y quizas 2018 fue su gran temporada, con los segundos puestos en el Giro (tras Froome) y en el Tour (detrás de Geraint Thomas). El 2019 se lo pasó prácticamente en blanco por una caída en el Giro y en 2020 ejerció de gregario de Roglic en el Tour. Lo de 2021 ya es conocido. Decidió no correr hasta la Vuelta a Suiza y los Juegos Olímpicos. Ahora mismo, su futuro es toda una incógnita, pero parece lejos del ciclista que parecía el gran dominador tras Froome.
Las carreras de Bardet y Pinot han sido paralelas. Ambos franceses y marcados por la obsesión de su país con el Tour de Francia. Los dos tuvieron su portada en L’Equipe diciendo que tenían opciones de llevarse la Grande Boucle y ambos fracasaron en repetidas ocasiones. Pinot fue el primero en ganar una etapa en el Tour, fue en 2012 en Suiza. Y en 2014 ya se subió al podio de aquella edición que ganó Nibali. Desde entonces, nunca ha estado cerca de repetir. Solo en la edición de 2019 tuvo opciones antes de su extraño abandono camino de Tignes. En el Giro acabó cuarto en 2018 y en 2019 también se marchó a casa cuando estaba en el podió el penúltimo día. Los dos últimos años los ha pasado prácticamente en blanco.
La eclosión de Bardet llegó un poco después. Sexto y noveno en los Tours de 2014 y 2015, pero fue en 2016 cuando llegó en poner en algún aprieto a Chris Froome y acabó segundo. Repitió podio en 2017, cuando acabó tercero por un puñado de segundos sobre Landa y en 2018 bajó a la sexta posición. En 2019 ya estuvo lejos y para 2020 había programado hacer el Giro, pero la pandemia le cambió los planes. Eso sí, en el Tour se marchó a casa y en 2021 solo ha hecho Giro y Vuelta, pero lejos de pelear por la general.
Las opciones de Johan Esteban Chaves de luchar por las grandes vueltas solo duraron dos temporadas. En 2015 apareció en La Vuelta a España con un triunfo en la primera etapa en Caminito del Rey y un quinto puesto final. Su temporada fue la de 2016, en la que rozó el Giro de Italia (fue maillot rosa hasta la penúltima etapa) y se subió al podio de La Vuelta en una etapa espectacular en Aitana donde privó de él a Alberto Contador. Desde entonces su palmarés se reduce a dos victorias de etapa en el Giro.
Peter Sagan
Es cierto que Peter Sagan, con el palmarés que acumula, podría colgar la bicicleta hoy mismo y ya sería uno de los mejores ciclistas de las últimas décadas. Tres Mundiales, siete maillots verdes en el Tour, Paris Roubaix, Tour de Flandes y más de 100 victorias como profesional. Pero es cierto que en la última parte de su carrera está lejos de los mejores en las clásicas. En 2021 no apareció en Flandes ni Roubaix y su triunfo en los adoquines es de 2018.
El eslovaco empezó a ganar muy pronto. Con solo 20 años en el Liquigas allá por el 2010 ya obtuvo triunfos al sprint en World Tour en Paris Niza, Romandia y Tour de California. Pero ahora con 31 ya ha dicho en repetidas ocasiones que su carrera deportiva no durará mucho más (al menos en carretera) y su fichaje por el Total Energies suena a último contrato como profesional.
El Mundial anterior a la trilogía de Peter Sagan fue para Michal Kwiatkowski. El polaco venció en Ponferrada en una temporada en la que se había llevado Strade Bianche y había subido al podio de Lieja, Flecha Valona e Itzulia. En 2015 todavía se llevó la Amstel Gold Race y desde 2016 ha sido un gregario de lujo del Team Sky/Ineos, aunque le ha dado para llevarse una Tirreno, otra Strade, una Clásica de San Sebastian y una Milan Sanremo. Eso sí, todo antes de 2018.
¿Cuanto durarán los Bernal, Pogacar, Evenepoel, Van Aert, Van der Poel…?
Con estos datos es ineludible pensar cuanto dura la carrera deportiva al máximo nivel de un ciclista profesional. Los casos de Valverde, Poulidor, Zoetemelk o Bartali, que estuvieron más de una década sumando victorias y peleando por los mejores puestos, son de los más extraños. A la mayoría se le suele acabar la ‘mecha’ en menos de una década. Pero vamos a ver los datos de la nueva generación de jóvenes estrellas, que ha explotado antes de lo normal.
Egan Bernal batió el récord moderno de precocidad como ganador del Tour. Lo hizo con 22 años y con 24 ya tiene también un Giro de Italia. Su marca la superó al año siguiente Tadej Pogacar. El esloveno, lo hizo con todavía 21 años (no cumplió los 22 hasta acabado el Tour) y con 23 ya lleva dos. También una Lieja, un Giro de Lombardia y un podio en La Vuelta. Más joven todavía es Remco Evenepoel, en 2022 cumplirá 22, pero solo tiene una Clásica de San Sebastián como triunfo World Tour y sendas medallas de plata en la crono del Mundial.
Los casos de Van der Poel y Van Aert también son paralelos. Es cierto que ambos nacieron en 1994/95. Pero desde que tenían 20 años se llevan repartiendo los títulos en Ciclocross y en su salto a la carretera han seguido ganando. Ahora con 26 y 27 años están en el punto álgido de su carretera deportiva.
¿Podrán estirar todos ellos su carrera después de la treintena? El tiempo lo dirá.