Rechaza la mentalidad de la dieta
Lo primero que pide la alimentación intuitiva es olvidarse de las dietas. Si estabas constantemente a la caza de la nueva dieta que te va a ayudar a comer sano, a perder peso y a mejorar tu rendimiento, tienes que hacer un cambio de mentalidad. La alimentación intuitiva quiere que consideres que la mayoría de las dietas simplemente no funcionan.
La mayoría de las investigaciones muestran que, independientemente del tipo de dieta, entre un tercio y dos tercios del peso se suele recuperar en el plazo de un año, y casi todo se suele recuperar en el plazo de cinco años. De hecho, las investigaciones sugieren que muchas personas que hacen dieta recuperan más peso del que han perdido.
Controlar el hambre
Es mucho más fácil controlar el hambre si no dejamos que se nos vaya de las manos. Los principios de la alimentación intuitiva sugieren que, cuando se tiene hambre, hay que sentirse libre para comer. Cuando dejas que tu sensación de hambre aumente demasiado a causa de las dietas restrictivas, es mucho más probable que te pegues de forma regular atracones de comida procesada poco saludable.
Es importante diferenciar el hambre física real, como se describe en el artículo anterior, del hambre emocional aprendida. Cuando sientas una necesidad de comer que aumenta lentamente, debes hacerle caso. Esto puede significar que comerás intuitivamente a horas diferentes de las que está acostumbrado o que comerás con más o menos frecuencia.
Sentir la saciedad
Las mismas reglas se aplican a la sensación de saciedad. Es igual de importante prestar atención a las señales de saciedad cuando sientas que ha tenido suficiente. Mientras comes, comprueba con tu cuerpo si tu hambre está desapareciendo. Puedes imaginar una escala del 1 al 10.
Uno es “necesito comida ahora mismo”.
El cuatro es “Me siento mejor pero tengo muchas ganas de seguir comiendo”.
El seis es “Me siento alimentado ahora pero no estoy muy satisfecho”.
El ocho es “Me siento con energía pero todavía tengo espacio para un postre”.
Nueve es “Me siento muy lleno ahora, espero no tener que moverme mucho pronto”.
Diez es “He comido tanto que me tengo que echar una siesta”.
¿Qué nivel de saciedad te parece correcto? Puede ser diferente antes y después de un entrenamiento. Pero es importante ser consciente y escuchar estas señales.
Haz las paces con la comida
Con la alimentación intuitiva, todos los alimentos tienen luz verde. Este enfoque trata de evitar las situaciones en las que te das un atracón de helado sin control porque tu dieta restrictiva te impidió tener un verano completo. Permitirse un helado todos los días suena peligroso, pero conduce a resultados mucho mejores de lo que crees.
Una vez que te permites comer lo que realmente quieres, tus antojos pierden parte de su poder. Pero este principio puede llevar un tiempo dominarlo. Ten un poco de autocompasión y no te juzgues con demasiada dureza. Cuando tomes un alimento que antes considerabas prohibido, piensa en lo que le dirías a un amigo cercano si empezara a comerlo. Utiliza esas palabras en tu cabeza en lugar de cualquier autoconversación negativa
Olvídate de la policía de la comida
La alimentación intuitiva quiere que dejes la moral fuera de tus hábitos alimentarios. Los alimentos no son buenos o malos y tú no eres bueno o malo por elegirlos. Intenta evitar frases como “comidas trampa”. Si tienes algo que considerarías una comida trampa en el pasado, llámalo “elección”. En tu viaje de alimentación intuitiva, ni siquiera tienes que llamarlo así. Es sólo una comida.
El próximo artículo seguirá con unos cuantos principios más para ayudarte a vivir un estilo de vida sin dietas y a disfrutar de la comida.