La revolución de lo aero ha llegado para quedarse. Bueno, el tiempo dirá y tal, porque el ciclismo también es cosa de modas, pero está claro que todo lo que suponga limar tiempo y ahorrar energías, aunque solo sea a nivel psicológico, tiene unos años de recorrido.
Si miramos unos años atrás lo aero solo se utilizaba el día de la contrarreloj en la que el ciclista que se jugaba la general o un puesto debía dar el máximo y el resto al menos entrar dentro de control. Esa jornada sí. Ruedas de perfiles máximos o lenticulares, bicis planas y con aristas y ciclistas vestidos con monos y cascos que podrían salir de doble en la guerra de las galaxias. Pues bien, ahora casi todo eso también vale para una etapa llana de 170 kilómetros de La Vuelta por Burgos, Guadalajara o Albacete (ponga cualquier jornada plana de cualquier carrera por etapas o clásica, que también vale).
Cascos, bicis, todo aero
Tenemos que quitar el casco de crono, claro. Pero ojo, que ya hay cascos que priman la aerodinámica a la ventilación y se consideran aero, aunque para un día como el de Burgos con 37 grados quizás no sea el más aconsejable. También las lenticulares, que no están permitidas. Eso sí, raro era el ciclista que no llevaba un perfil de menos de 42/45 mm.
Las bicicletas si son planas y con aristas (y frenos de disco, claro). Nada de manillares redondos. Planos y aero. Las horquillas planas. Y la rueda trasera prácticamente encaja en el cuadro para que no haya turbulencias. Y los tirantes traseros lo más abajo posible (bueno, esto no se si será aero, pero ahora lo llevan todas las bicis). Casi todos los ciclistas eligen el modelo para rápido de la marca, Trek Madone, Orbea Orca Aero…, aunque algunos como los Ineos con Pinarello no tienen opción, la Dogma F (tocaba F13 pero igual da mala suerte) vale para todo. Igual que Specialized con la Tarmac SL7, que antes sí tenía modelo ultra-aero Venge, pero ahora se han dado cuenta de que no, que una ligera y aero es suficiente.
Tejidos aerodinámicos
Pero vamos con la ropa, que es de lo que venía a hablar. El nuevo concepto pasa por tapar toda la piel posible del ciclista para ahorrar vatios (se lo dije antes). Los nuevos tejidos son más aero que la piel humana. Vamos, que el viento fluye mejor. Así que todo lo que pueda estar recubierto de tela (concepto general) es positivo. Creo que ya se explican la obsesión de la UCI por medir los calcetines de los ciclistas, porque alguno se presentaba en la salida con ellos por la rodilla.
Y lo de ahorrar vatios es importante… Pues oye, cuando se trata de competir al máximo nivel en una Vuelta de tres semanas, o incluso en una prueba de un día, pues todo suma. Carrera que no echa el galgo… bueno, ya saben el refrán. Y si tu cuerpo ya está al máximo nivel para generar vatios, pues todos los que puedas ahorrar para gastarlos después, pues ahí quedan.
Eso sí, vamos a diferenciar. Los monos que llevan ahora los ciclistas para las etapas llanas (el 80% del pelotón) nada tienen que ver con los de contrarreloj. Estos últimos están diseñados con un patronaje que prima la posición encima de la bici. Es decir, que solo son cómodos cuando vas acoplado en la cabra y utilizarlos más de una hora es una tortura. También son de marga larga (lo de la piel no aero) y extremadamente finos.
Los monos para las etapas están creados con un patronaje similar al de maillot y culotte, incluso con bolsillos traseros. Prima la comodidad, pero también la aerodinámica porque reducen a cero la parte de pliegues ‘no aero’ en la que se unen maillot y culotte. También están hechos con un tejido extratranspirable (incluso algunos con zonas de una simple rejilla) para que el ciclista no tenga la tentación de abrirse la cremallera del mono y echar al traste todos los vatios ahorrados. Recuerden ese Valverde bajando Sierra Nevada con el maillot volando en busca de Vinokourov hace ya unos años, o Guillaume Martin dilapidando sus opciones de seguir delante en el pasado Tour por no abrocharse a tiempo antes de bajar Envalira.
Estos monos, en su mayoría, también incorporan una redecilla en la parte baja de la espalda para guardar los dorsales y que sean visibles. Adiós a los pesados, incómodos de poner y antiaerodinámicos imperdibles.
Los calcetines altos
Quedan los calcetines. Raro es el ciclista profesional que en una etapa llana (o de montaña) no los lleva hasta como mínimo el inicio del gemelo. Concepto aero, ya saben. Hace años todos eran de algodón, pero ahora los hay nuevos con tejido acanalado y que, en teoría, siguen ahorrando vatios. No son los de plástico que puso de moda Nairo Quintana en aquella contrarreloj de La Vuelta, sino unos intermedios que transpiran y son aero (aunque desde fuera dan una sensación de calor…).
Todas estas mejoras, que empezaron probando los velocistas (como generan muchos vatios en un sprint, pues ahorran más, no?) ahora son de uso común en el pelotón. Hasta Mikel Landa, impulsor del Landismo, el espíritu libre del pelotón, un ciclista a la vieja usanza que quería destrozar con hacha el rodillo durante el confinamiento, #freelanda cuando estaba en el Team Sky, ya saben, ha sucumbido a la revolución de lo aero. Será, porque quizás funciona.