Y para la hora y cuarto que dura el documental ha conseguido los testimonios de actores tan fundamentales del ciclismo que las imágenes en la mayoría de las veces solo son el complemento a las palabras de Bahamontes, Indurain, Delgado, Froome, Echavarri, Proudhomme, Rubén Peris, Lejarreta, Purito, Unzúe, Carlos Arribas o el nieto de Mariano Cañardo, entre otros. Sus reflexiones guían una película imprescindible para que el neófito comprenda por qué se mueve el ciclismo y para que el experto en este deporte descubra algunos aspectos insólitos que desconocía.
Ya solo el inicio del documental es un prefacio de todo lo que va a suceder después. No arranca con un “hace 100 años la primera edición”, sino con el “ciclismo es un deporte que lucha por sobrevivir…” lo que indica que todo lo que viene después tiene mucho más que ver con el ciclismo como pasión que con la Volta como carrera. Y de eso hablan los protagonistas en el prefacio del documental.
La Volta por dentro
De hecho el primer repaso histórico que se hace de La Volta es prácticamente testimonial y solo con imágenes resumen de las cien ediciones en orden cronológico, sin textos y en poco menos de un minuto. Da paso a La Volta por dentro, desde las reuniones pre carrera con los directores a la vida dentro de los autobuses de los equipos o el desarrollo de cada una de las etapas. El documental utiliza las imágenes de las ediciones de 2019 y 2018 para enseñarnos como son las entrañas de la carrera y se apoya el los testimonios de los protagonistas de esa edición, desde Froome a Valverde pasando por Rubén Peris, presidente de la organización de La Volta, o Eusebio Unzué, director de Movistar.
Y como La Volta también es una empresa que necesita rentabilidad, aunque no la tenga de forma económica, ese es otro de los argumentos que se esgrime. La repercusión de la carrera a nivel internacional, la introducción de la televisión y como cambió el mundo del ciclismo o como todas las organizaciones ciclistas buscan vender el turismo de la región por donde discurren para conseguir que su producto pueda seguir sobreviviendo. Como ven, todo más allá de la propia Volta
Esencia ciclista. Equipo y sufrimiento
En la búsqueda de reflejar la esencia el ciclismo el documental de la Volta 100 años elige dos palabras como eje sobre los que reflexionan los protagonistas. En primer lugar el equipo, razón fundamental de un deporte que es solidario el máximo. Se corre en conjunto pero se gana de forma individual. Y eso se encargan de explicarlo desde el punto de vista del director de equipo, del ciclista, del organizador e incluso del periodista que lo ve desde fuera. Es una de las grandes aportaciones de este documental, que consigue dar cabida a todas las esferas del ciclismo.
El segundo eje es el sufrimiento, porque el ciclismo y el sufrimiento van unidos. Quizás quien mejor lo disecciona es Perico. “El que gana es que el más sufre, pero está tan preparado para ello que tiene la capacidad de llegar a ese umbral de sufrimiento que sus rivales no alcanzan”. No solo por el hecho de dar pedales, sino que Lejarreta e Indurain también entran a hablar sobres las caídas o la presión que viven los ciclistas. Peris, como organizador, también da su visión al ser el encargado de diseñar el escenario y poner los puertos para que los ciclistas los pasen mal.
La épica y el ciclismo antiguo
La última parte del documental Volta 100 años indaga en los primeros años del ciclismo, aquellos en los que se competía en formato aventura, en unas condiciones a veces incluso insalubres y en las que llegar a la meta después de 300 kilómetros por un camino ya suponía ser un héroe. Sobre esos años el único que habla por experiencia es el propio Bahamontes, al que le tocó sufrir muchas de esas incomodidades. También los familiares de dos míticos, Cañardo y Poblet, recuerdan lo que les habían contado.
Los más actuales comparan el ciclismo antiguo con el actual y la evolución que ha ido siguiendo hasta la tecnificación actual. Purito, de los más jóvenes del documental, incluso aboga por volver al ciclismo que se vivía en sus inicios con más margen para la improvisación y sin estar todo tan escrupulosamente medido como ahora. Incluso hay espacio para hablar del pinganillo y como lo ven ciclistas, directores y organizadores como Preudhomme, que lo acabaría eliminando.