La inestable situación política y la guerra marcaron la primera década de La Vuelta, así como la vida de uno de sus primeros ganadores y talentosos ciclistas: la vida de un tal Julián Berrendero. Este joven desconocido apareció en la segunda edición de La Vuelta en 1936 y, de forma inesperada, supuso una amenaza para el favorito de la carrera: Gustaaf Deeloor. Mientras que Deeloor finalmente ganó la carrera, Berrendero obtuvo una prometedora cuarta posición y se fuel al Tour de 1936 un mes después.
Al cruzar la línea de meta del Tour Julián se enteró de que su propio país se había hundido en una atroz Guerra Civil. El joven ciclista decidió quedarse en Francia y dirigir una tienda de bicicletas. Aún exiliado, firmó un documento en el que prometía su lealtad al régimen de 1931. Cuando la guerra civil terminó y miles de españoles huyeron del país, Julián finalmente emprendió su camino de regreso a casa, impulsado por la nostalgia y el deseo de ver a su familia. Desafortunadamente, en el momento en que Berrendero puso un pie en suelo español, fue arrestado por el régimen franquista que antes había criticado abiertamente.
Así comenzaron casi dos años de encarcelamiento en un campo de concentración, de desnutrición y de castigos corporales regulares. Afortunadamente, la carrera ciclista de Berrendero cambió su suertel.
Durante la alineación de prisioneros de un campo de Cádiz, el capitán reconoció el rostro y la constitución atlética de un joven prisionero y le ordenó que lo siguiera a su oficina. Berrendero obedeció, aterrorizado por lo que podía venir. Sin embargo, para su gran sorpresa, encontró al capitán llorando, abrazándolo, explicando que él también era ciclista; el capitán y Julián corrieron juntos antes de la guerra.
En 1941, Berrendero fue liberado y qué más podía hacer para conmemorar esto que volver a las carreras. Después de un intenso entrenamiento, retorno a la Vuelta de 1941 y 1942, reclamando la victoria. Julián Berrendero continuó su carrera ciclista con un balance general de 79 grandes victorias. Murió a los 83 años en 1995. Cuando visites Madrid, pase por una tienda de bicicletas que aún lleva su nombre.