Para esta tercera etapa el biker venía de dormir en haima, igual que en el desierto marroquí, de despertarse a las 06.00 de la mañana, igual que en el desierto, desayunar con toda la familia Titan Desert, igual que en el desierto y prepararse para ver las 08.00 salir a los primeros y después esperar a su turno. Ya saben, grupos de 50 máximos. Protocolo Covid, que es lo único que ha cambiado con respecto al desierto marroquí.
A partir de ahí esperaba una etapa de 93 kilómetros y 1.600 metros de desnivel que la organización había calificado de nivel 3 sobre cinco, pero que se acabó haciendo dura para todos. Quizás la gran ventaja del Desierto de Tabernas es que a primera hora la temperatura es agradable (14/16 grados) y que hoy, al mantenerse toda la jornada nublada, no se pasaron los 20 grados. Perfecto para ir en bici y no tener que estar pendiente del consumo de agua.
Pero ahí se acaban las comodidades. La etapa hacía un bucle y en su mayor parte discurría por los terrenos kársticos de Sorbas. Zonas de yesos y tierras blancas que no son las peores para rodar, pero que tienen partes que son piedra lisa. De inicio viento ligeramente desfavorable y repechos hasta llegar a la Via Verde de Lucaiena. Esa zona la aprovecharon Márquez y Santurde para hacer su escapada y pasar por delante del grupo de los favoritos por el puesto de control 1.
El asunto se complicaba antes de llegar a Sorbas con el ascenso a La Cantona. Dos kilómetros al 10% con rampas del hasta el 15% que aprovecharon Betalú y Mantecón para irse del grupo de los favoritos y atrapar y soltar a la escapada. Desde allí quedaban todavía dos subidas a la salida de Sorbas y terreno plano por pistas, entre olivos y con viento a favor de vuelta a Tabernas, con el Velefique vigilando para mañana. Por allí Mantecón cogió la responsabilidad de abrir hueco y asegurarse la segunda plaza del podio y Betalú le acabó ganando el sprint en Mini Hollywood y sumando su segunda victoria.
Parece que entre ambos se jugarán el triunfo en esta Titán Desert porque por detrás solo Oller pudo llegar a menos de tres minutos. El grupo más amplio, con 17 ciclistas, entre ellos Marzá y Lamiel (Škoda We Love Cycling) acabó a más de 6 minutos. Tomi Misser (Škoda) finalizó con Claudia Galicia, que se apuntó la tercera etapa consecutiva y ya tiene más de cuarto de hora de ventaja sobre Roura y Gabriel. Michaela Sekulova, la primera de las chicas del Škoda We Love Cycling finalizó séptima.
VIDA EN EL CAMPAMENTO
Al llegar al Campamento lo primero es la cerveza Estrella de Levante y tirar todos los residuos de geles y barritas a la papelera. Y es que la Titan obliga a cada participante a poner su número de dorsal en todos los productos que lleva en el bolsillo para identificar si tira algo al suelo y sancionarle. Después la ducha para quitarse todo el polvo de los yesos de Sorbas y comenzar a recuperar energías en el comedor. Queda revisar y limpiar la bicicleta, que para evitar averías se tiene que hacer todos los días. Dos opciones, o cada uno por su cuenta en el camión e Wurth o utilizando alguno de los mecánicos acreditados en la Titan. También lavar la ropa, porque en el equipaje no caben prendas para todos los días de la Titan Desert y las prendas sudadas suelen generar rozadoras. Bueno, y buscar tendedero improvisado.
Comida, bici y claro, descanso. Hay que estirar, pasar por el masajista o por la sesión de presoterapia de Normatec. Más que nada porque para el jueves queda la etapa reina de la Titan Desert 2020. 106 kilómetros y 2.600 metros de desnivel por la sierra de Filabres con la ascensión al Alto de Velefique, habitual de La Vuelta a España. A algunos les servirá para jugarse la general, pero a la mayoría para demostrarse que después de tres días de esfuerzos pueden afrontar una jornada tan dura y quedarse a un solo día de ser finisher (que no es ‘barato’).