Pero es así. El próximo martes 28 de julio Burgos será el epicentro del ciclismo mundial, no en vano se verá en directo en Bélgica, Francia, Colombia, Holanda, Estados Unidos, Canadá…. La primera prueba de los nuevos protocolos de seguridad Anti Covid en ciclismo profesional con equipos de la máxima categoría. Pero sobre todo, el retorno después de la París Niza del mes de marzo, lo que ha supuesto el mayor período de ‘descanso activo’ de todo el pelotón.
Y como en cualquier retorno después de mucho tiempo parado y a una ‘nueva normalidad’ surgen las dudas. Primero para ver cómo se desarrolla una carrera profesional con todas las medidas de seguridad que se han impuesto. Mascarilla obligatoria excepto en el momento de competir, controles diarios de temperatura, controles en los hoteles, limpieza exhaustiva de absolutamente todo, distancia con el aficionado, distancia con la prensa.De lo que pase en La Vuelta a Burgos en relación con el Covid 19 dependerá en gran parte el resto de la temporada profesional. Solo un positivo ya haría generar dudas.
Por el otro lado esta la parte deportiva. La carrera en sí. Las dudas vienen para los ciclistas, que jamás se han pasado tanto tiempo sin competir. Muchos ya han estado concretados en altura. Movistar, Bahrein e Ineos, entre otros, en Andorra. Astaná en Sierra Nevada. Los equipos franceses en los Alpes. Los italianos y Deceuninck por los Dolomitas. Pero todos saben que una cosa es entrenar y otra muy distinta ponerse a competir.
Recorrido equilibrado
Lo mejor de La Vuelta a Burgos es que ha diseñado un recorrido de cinco etapas muy equilibrado y con alternativas para todos. El primer día, el 28 de julio, salida y llegada en Burgos con la subida al Altorero a mitad de etapa y dos pasos por el Castillo de Burgos, en el último se situará la meta. Ideal para gente con punch. Valverde, Bilbao, los hermanos Yates, Aramburu, Evenepoel, Stuyven, Trentin, Lobato, Barbero… Por nombres, casi los favoritos para una Amstel Gold Race.
La segunda etapa, miércoles 29 de julio, 170 kilómetros totalmente planos entre Castrojeriz y Villadiego. Turno para que los velocistas comprueben su estado de forma y ojo a la nómina. Gaviria (que fue de los primeros en pasar el coronavirus en el ya lejano Tour de UAE), Sam Bennet, Demare, Nacer Bohuanni, Nizzolo, quizás Cavendish.
El jueves 30 de julio llega la primera etapa de montaña después del confinamiento. La meta en el durísimo Picón Blanco, 8 kilómetros al 9,3%, después de haber pasado cuatro tachuelas de tercera categoría. Será el momento de los escaladores puros. Mikel Landa, Carapaz, Ivan Ramiro Sosa, Valverde, los Yates, Majka, Enric Mas, Aru, Bennet y porque no, Evenepoel.
El viernes 31 de julio volverán a mandar los velocistas entre Bodegas Nabal y Roa de Duero en una etapa totalmente llana que también será propensa a las fugas y a que los equipos UCi Pro y Continentales intenten la machada. El día de Caja Rural, Burgos BH, Euskaltel Euskadi, Kern Pharma y Kometa Xstra.
Y el sábado 1 de agosto acabará la primera vuelta por etapas desde la Paris Niza con el final clásico en las Lagunas de Neila. En sus rampas se jugarán la victoria final algunos de los favoritos a ganar el Giro, La Vuelta o el Tour en una edición que bate récords de calidad en la participación y convertida en una banco de pruebas de lo que pueda suceder después, tanto a nivel sanitario como deportivo.
Para rizar el rizo de lo inhabitual. Ese sábado 1 de agosto, que era la fecha prevista desde el año pasado para la disputa de La Vuelta a Burgos, se disputará la primera carrera World Tour desde el parón, la Strade Bianche italiana, que se aplazó en el lejano mes de marzo y que retorna en agosto. Todo diferente en un verano ciclista sin Tour en julio y con todo el mundo pendiente de Burgos.