El mes de marzo marcó el punto y aparte del cicloturismo, que en los últimos años se había convertido en una fuente de ingresos para organizadores, hoteles, agencias y, por extensión, a todo el sector dedicado el ciclismo. Primero fueron las dudas, después los aplazamientos y por último las cancelaciones.
Hoy en día cualquier evento cicloturista que se pudiese disputar en España con más de 1000 ciclistas está aplazado para el mes de septiembre o directamente para 2021. No han sido los únicos, los grandes eventos de nuestros países vecinos están optando por las mismas soluciones.
Por poner algunos ejemplos. La GF Strade Bianche italiana, uno de los primeros afectados, ya tiene fecha para 2021, será en septiembre. Las clásicas del norte del mes de abril, que suelen reunir a más de 10.000 cicloturistas, buscan fecha en los meses de septiembre y octubre adheridas a sus carreras profesionales, son Tour de Flandes, Paris Roubaix, Amstel Gold Race y Lieja Bastogne Lieja.
Las otras dos grandes, Marmotte Alpes y Maratona dls Dolomites, han optado por soluciones diferentes. La marcha francesa, que se disputaba el 4 de julio, ha cambiado su fecha al 5 de septiembre, aún a costa de suspender otra de las marchas que ellos mismos organizan, La Marmotte Pirineos, que debería haberse corrido el último fin de semana de agosto.
La marcha italiana, por su parte, ha optado por cambiar todo para 2021, sin pasar por el posible aplazamiento en septiembre, una de las hipótesis que llegaron a pensar. La Etap du Tour, que también era el mismo día, sigue pendiente de la decisión del Tour de Francia, el único que por ahora no ha cambiado nada, pero al que el presidente francés, Enmanuel Macron, ha sentenciado después de confirmar que no habrá eventos masivos en Francia hasta mediados de julio. Una hipótesis con la que ya trabajaba la carrera francesa y que hará mover sus fechas a agosto, con el consiguiente cambio también para La Vuelta a España.
En España ha ocurrido algo similar. La Quebrantahuesos, que se iba a disputar el 20 de junio, ya anunció su aplazamiento al mes de septiembre, lo mismo hizo La Mussara Reus, de mayo a septiembre, igual que La Purito, que pasa de agosto a septiembre, o la Bilbao-Bilbao, que también será en septiembre. Con lo que va a a quedar un mes de septiembre y octubre repleto de eventos.
Tal cantidad de eventos en esos meses también ha hecho que algunas se hayan trasladado directamente a 2021, como ocurre con la Orbea Monegros, que ya tiene fecha para el año próximo.
Y en verano, ¿qué?
Descartados los eventos hasta septiembre, el cicloturista se centra en seguir entrenando en el rodillo a la espera de una fecha, el día en que se levante la restricción para salir a entrenar a la carretera, aunque sea en solitario. Las medidas, todavía no desveladas, parecen ir en ese sentido. Lo primero sería el permiso para salir a rodar solo y pasado un tiempo poder entrenar en grupo.
Aunque sin fechas concretas todavía definidas, lo siguiente que buscaría el cicloturista es poder desplazarse a algún lugar para entrenar. Primero, en teoría, se permitirá en viaje de un día, y después, cuando se abran los hoteles, aún más lejano. Lo que si parece complicado es la apertura de fronteras por carretera (Francia, Portugal y Andorra) lo que indica que, como máximo, el cicloturista podrá optar este verano por pasar unos días fuera de casa, pero poco mas.
Si se permite la apertura de hoteles y los desplazamientos dentro del territorio español peninsular todavía se podrán organizar pequeños grupos y stages de entrenamiento, lo único que, a día de hoy, parece viable para el cicloturismo español este verano.