El documental está dividido en seis capítulos de una media hora cada uno. Un total de 3 horas de ‘película’ que arrancan en la Lieja Bastogne Lieja, la única cita a las clásicas, y que está centrado en Giro, Tour y Vuelta, y en la preparación de las mismas. Para verlo tienes Netflix y Movistar Plus. Y prepara palomitas porque te enganchará.
Lo más curioso es que cuenta cosas que la mayoría de los aficionados ya han visto por televisión. Lo que sucedió delante de las cámaras ya lo sabemos, pero faltaba la explicación de lo que no suele salir en la tele. Las discusiones en el autobús de equipo, los gritos del coche, las reflexiones en los hoteles, la fase de preparación antes de la carrera. La sensación es que ya sabes el final de la película, pero quieres saber por qué sucedió cada uno de los acontecimientos y que llevó a ello.
GIRO DE ITALIA
El documental arranca en Pamplona y de la mano de Eusebio Unzué, el hombre que lleva 40 años dirigiendo la máquina bajo una premisa, la prudencia. No en vano en vario capítulos se ‘enfrenta’ a sus líderes para pedirles tranquilidad en los momentos más tensos de carrera, incluso Valverde reconoce antes de última etapa del Tour en Avoriaz que Eusebio ‘siempre acaba teniendo razón’ cuando le dice que no puede reventar la carrera a inicio del puerto y quedarse ‘con el culo al aire’.
Lo primero es la Lieja Bastogne Lieja en la que Valverde se tiene que subir al coche después de lesionarse el sacro en una caída entrenando por ‘hacer un caballito’. Y después el Giro, la carrera que mejor rendimiento dio a Movistar en 2019. De cámaras hacia afuera todo pareció perfecto, pero, claro, no fue así. Carapaz, que era la segunda opción en carrera, se acabó convirtiendo en la primera cuando falló Mikel Landa. Es el propio vitoriano el que reconoce que le costó asumir ese papel y que medió una conversación con Chente Garcia Acosta.
La película no rehuye los errores de ese Giro. Como la distracción de Chente cuando dirigía a Landa en la crono pasada por agua de San Marino, que a punto estuvo de acabar con el ciclista por los suelos en una curva. Momentos que al espectador pasan inadvertidos, pero que dentro del grupo pueden tener efectos graves si el ciclista pierde la confianza en su director.
TOUR DE FRANCIA
Pero son minucias al lado de lo que ocurrió en el Tour. Movistar acudía con dos líderes, Landa y Nairo, y con Valverde para echar una mano. Pero pocas cosas funcionaron como estaba previsto. Ya en la crono por equipos el propio Unzué critica el trabajo de Verona: “Que miedo Carlos, vas al 80%” y lo reconoce Andrey Amador. El grupo empieza a resquebrajarse. Los resultados en carrera tampoco ayudan. Caída de Landa y pérdida de tiempo de Nairo antes de llegar la montaña.
Y todo salta por los aires el día del Tourmalet. Nairo Quintana sufre en Soulor cuando el equipo, con Amador y Soler estaba con la idea de reventar la carrera en favor de Mikel Landa. Todo se para. Valverde y Landa culpan a Nairo de no decir que iba a mal, el colombiano se excusa con un ‘no quería molestar al equipo’. El resultado, el Tour más lejos.
Los problemas siguen en la etapa de Prat de Albis. Soler y Amador, metidos en la escapada, hacen un gran trabajo para que Landa llegue con ventaja al último puerto, allí Nairo Quintana debería haberle ayudado a ganar la etapa, pero, no llega ni a hacerle un 100 metros de relevo.
En la etapa de Galibier vuelven a confrontar los dos líderes. Nairo se mete en la escapada, en un principio su objetivo era ayudar a Landa para cuando este atacase. La ventaja se amplia y Mikel y Valverde piden a Soler que acelere el ritmo en Izoard porque ven sufriendo a muchos favoritos, Pinot entre ellos. Lo hace, pero no se queda nadie y le mandan parar. Por delante Nairo se queda sin dos minutos, pero acaba ganando la etapa y se mete en la pelea por la general, aunque fuese un espejismo.
En esa noche se ve la realidad de grupo. Lo que debería ser una cena de fiesta en el equipo después de haber ganado una etapa en el Tour, como fueron las del Giro, se convierten en algo frío, sin emoción. De la etapa del granizo de Tignes queda la frase de Mikel Landa. ‘Oye, con esto solo quedan 130 kilómetros de este puto Tour’.
Y el último día. Más polémica aún. Soler a medio camino sin ayudar, Quintana sin fuerzas y quitándose el pinganillo, ataque de Landa también con el pinganillo fuera y Nibali que ‘birla’ una etapa que debería haber sido para Valverde, segundo en meta. Peor imposible, como reconocen todos.
LA VUELTA
La Vuelta siempre había sido un lugar para que el equipo Movistar recuperase la ilusión tras el Tour, pero la de 2019 empezó de la peor forma posible. Carapaz, que iba a ser el líder, se salta la disciplina del equipo y se cae en un Criterium en Holanda. Le descartan y sale el Pablo Lastras más duro. ‘Es un gran corredor pero no fue leal, y no quiero a alguien así en mi equipo’. No será su única frase del documental. La otra para criticar a Marc Soler, el que debía ser el otro líder para La Vuelta. ‘El primer día se desconectó y no estuvo atento y en la etapa de Andorra no fue solidario con su equipo. Debe aprender’.
Quedaban Valverde, que nunca suele fallar, ‘acabo sacando las castañas del fuego’ y un Nairo dubitativo que ya había decidido dejar el equipo. Pese a todo la victoria de Calpe del colombiano con la ayuda de Valverde, y al del murciano en Más de la Costa con el trabajo de Nairo parece calmar todo.
La etapa de Andorra, con la discusión de Soler, reabre la polémica, pese a que Nairo se viste de líder. La crono de Pau y las etapas de montaña devuelven el liderato del equipo a Valverde, con la alegría del día del Acebo. Llega la etapa de Guadalajara, viento y Nairo de nuevo entre los favoritos. Y los elogios de Erviti, uno de los más sinceros y directos del equipo. Mira, ‘una lección táctica del chiquito’.
Y al día siguiente la polémica de Toledo. El vídeo enseña como Arrieta y Lastras tenían diseñado el ataque justo después de Escalona, donde se produjo la caída del líder Roglic. También como los jueces y la opinión pública pueden cambiar el transcurso de una carrera. Arrecian las críticas a Movistar que acaban con un Arrieta llorando y pidiendo perdón a sus corredores por si se han podido ver perjudicados de cara al exterior.
Para acabar la curiosidad de ver a Valverde conduciendo el coche de equipo después de la etapa de la Plataforma de Gredos, en la que salvó el segundo puesto. Con sus bromas y su buen rollo habitual. Y la cena post Vuelta con todos los corredores y la despedida de Nairo Quintana.
