La ventaja de este año podría ser más divertida. Esa es una de las razones por las que se están produciendo más MTB con geometría “progresiva”: ángulos menos agresivos, bicis más largas y menor altura de eje de pedalier. En algunas bicicletas, la horquilla tiene de 10 a 20 mm más de recorrido que la parte trasera. El objetivo es hacer que las bicicletas sean más ligeras, más eficientes y más divertidas de conducir. El resultado es una bicicleta de montaña que funciona bien en los circuitos de XC, donde es importante que sea más ligera, pero también es efectiva para montar en carreras de enduro, donde una suspensión robusta es la clave.
Otro ajuste que consigue tracción en la industria de la MTB es la mayor integración de las opciones de almacenamiento, lo que significa que no hay más mochilas voluminosas. Cada vez más empresas están buscando formas de esconder las herramientas en los tubos de dirección y manillares. La clave está en crear ajustes cómodos para que no haya ruidos y también una forma fácil de llegar a las herramientas cuando las necesites, como en el nuevo Trek Fuel EX.
Otra innovación que parece inevitable en las bicicletas de montaña es la tecnología inalámbrica, como los cambios electrónicos o el inalámbrico de Sram. El inevitable auge de la tecnología inalámbrica también incluirá suspensiones como el sistema de suspensión electrónica automatizada de Fox Suspension, llamado “Live Valve”. Los sensores se conectan a la suspensión delantera y trasera y les transmiten información sobre el terreno. Si el terreno se vuelve más empinado, los sensores aseguran que la suspensión sea mayor y se bloquea cuando se llega a un camino de fuego.
Y, finalmente, habrá más electricidad, y será mejor. El continuo perfeccionamiento de las eMTB ayudará a transformar tu bicicleta eléctrica de montaña de una especialidad de ocio de dos ruedas en una parte de tu movilidad diaria, una que, idealmente, funcionará igual de bien en la pista de descenso que durante una ruta.
Por ejemplo, algunos fabricantes, como Bulls y Rotwild, se han anticipado a este desarrollo utilizando el sistema de montaje MonkeyLink, que se conecta a la batería de una bicicleta eléctrica y permite al ciclista encender las luces en segundos. Luego cuando se hace de día las luces se apagan de inmediato. La clave es, obviamente, hacer que las eMTBs sean tan flexibles y prácticos como sea posible. Por eso otra tendencia que está ganando fuerza es un sistema que permite al ciclista quitar la batería para hacer su paseo más ligero y convertirlo en una bicicleta de montaña no motorizada.
Y, por supuesto, inevitablemente habrá más conectividad. Greyp llama a su G6 eMTB la bicicleta de montaña más avanzada del mundo. Cuando esté disponible a finales de este año, incluirá un módulo 3G con eSIM, Bluetooth 4.2, un módulo Wi-Fi y un puerto USB. También ofrece cámaras de gran angular integradas en la parte delantera y trasera y una serie de sensores como el GPS, un giroscopio de 3 ejes, un acelerómetro de 3 ejes y un barómetro, así como una aplicación móvil Android. ¿El precio? Entre 6.500 y 7.500 euros.
Con el tiempo, esta tecnología permitirá a las marcas potenciar la experiencia de ir en bicicleta con el añadido de, por ejemplo, la realidad virtual. El objetivo de todas estas funcionalidades añadidas no es simplemente hacerte comprar una bicicleta de montaña que no sabías que querías, sino aumentar la practicidad de hacer de estas máquinas partes importantes – y placenteras – de la movilidad urbana