Echemos un vistazo a la historia legal del ciclismo en Gran Bretaña y su lógica.
Ley y ciclistas
Como era de esperar, la ley británica trata con los ciclistas de una manera anacrónica y pintoresca. Cuando las bicicletas aparecieron por primera vez en las carreteras británicas, el Parlamento consideró conveniente clasificarlas como otros vehículos de la época, a saber, los coches tirados por caballos. Y los ciclistas tienen los mismos privilegios que los carruajes.
Esto significa que las bicicletas pueden circular libremente por calzadas y autovías, pero no por autopistas. Esto significa que, tradicionalmente, existe una clara distinción legal entre bicicletas y vehículos de motor – y como tal, a las bicicletas nunca se les ha exigido que cumplan con los estándares de los vehículos de motor.
Reino Unido introduce el seguro
Es seguro decir que a principios del siglo XX las normas de seguridad de los vehículos no eran lo que son hoy en día. Se podía obtener una licencia de conducir sin necesidad de un examen, por lo que el gobierno decidió introducir un seguro obligatorio para pagar por daños a terceros.
Cuando se introdujo el proyecto de ley, los carruajes estaban exentos, principalmente porque el riesgo de que un vehículo tirado por caballos de 15 kilómetros hora se saliera de control era significativamente menor que un vehículo de motor de 50 por hora que tomara una curva demasiado rápido. En Gran Bretaña, las bicicletas eran generalmente tratadas como caballos, y hasta el día de hoy ni los jinetes ni los ciclistas están obligados a tener un seguro para utilizar las carreteras públicas.
Animales y niños
Hay un viejo dicho en la industria de la televisión: nunca trabajes con animales o niños. Lo mismo podría decirse de la carretera. En el Reino Unido no existe actualmente ningún límite de edad inferior para que un niño pueda circular legalmente en bicicleta por carretera. En teoría, podría ir conduciendo su coche y ver a un niño de 3 años compartiendo su carril en una bicicleta. Legalmente. Es por eso que las escuelas del Reino Unido ofrecen un programa de Ciclismo.
Esto hace que los conductores de los vehículos de motor tengan la enorme responsabilidad de estar alerta y ser conscientes de con quién compartimos las carreteras, pero presumiblemente eso es lo mismo para cualquiera de nosotros que conduzca un vehículo de 20.000 euros. La realidad es que los peatones y los conductores tienen que compartir nuestro espacio público con muchos peligros que no tienen licencia ni seguro, y muchos de ellos no son tan concienzudos, o predecibles, como los ciclistas.