Y es que de los tiempos pretéritos de La Vuelta se sabe y se ha escrito muy poco. Hacía falta un libro así para rememorar cómo nació la ronda española en 1935 y los problemas que pasó en sus primeras ediciones, con la Guerra Civil y la Posguerra como intermedio del sueño de Clemente López Doriga que justo acababa de nacer con la ayuda de Juan Pujol, director del periódico Informaciones. Una fórmula que ya había funcionado en Francia con el Tour y en Italia con el Giro.
De esas dos primeras Vueltas que ganó el belga Deloor ya había escrito Juanfran de La Cruz en su libro sobre el vencedor. Pero faltaba saber la lucha de Mariano Cañardo, el primer ídolo nacional, o las posteriores de Julián Berrendero y las crisis por las que tuvo que pasar La Vuelta hasta que consiguió asentarse.
Y es que el libro es una mezcla de las hazañas desde 1945 a 1980 de los Bahamontes, Loroño, López Carril, Ocaña, Fuente, Manzaneque o Perurena contra los extranjeros invitados por la organización, Poulidor, Merckx, Anquetil, Gimondi o Thevenet. Son los años en que no había cámaras grabando y todo quedaba a expensas de lo que viera o le contaran a la prensa escrita, porque seguir una etapa nunca ha sido sencillo para la prensa, que se las tenía que ingeniar para ir en algún coche de carrera o estar ‘enchufado’ a Radio Vuelta para saber lo que estaba sucediendo.
Pero no solamente de ciclismo puro habla Calleja en la primera parte del libro. También del interior de La Vuelta, una carrera que tuvo como organizadores al Diario Informaciones, al Diario Ya y al Correo Español/El Pueblo Vasco antes de 1979 y que estuvo a un paso de desaparecer hasta en media docena de ocasiones, que sufrió atentados terroristas, problemas con los pueblos por donde pasaba la carrera o alguna que otra polémica con los ciclistas fuera del pelotón.
A partir de los años 80 cambia la concepción de la carrera con la entrada de Unipublic y la llegada de la televisión. También del libro, que cuenta muchas de las épicas que se vieron por televisión. La Vuelta que perdió Alberto Fernández con Caritoux o la de Indurain con Mauri, las de Rominger, la edición de Ullrich, las exhibiciones del Chava Jiménez y los cabreos de Olano. La pájara de Beloki en Andorra o los ‘acuerdos’ de la banda de La Covatilla para desbancar a Roberto Heras. Y alguna otra en que no había directo, como el ataque de Alberto Contador el año que dejó sin carrera a Purito Rodríguez o el debut del Angliru, que estuvo ‘tapado’ por la niebla. Además, es precisamente el de Pinto el que prologa el libro y cuenta su experiencia en la ‘ronda de casa’.
También las vicisitudes de la organización, que pasa a buscar un calendario más acorde cambiándola a septiembre y tiene problemas con el Banesto e Indurain, antes con Perico y después con algunos de los equipos extranjeros que venían de ‘vacaciones’ a una carrera que desde 2010 cogió su propia idiosincrasia con puertos duros y cortos, etapas menos largas, maillot rojo y la entrada de A.S.O., creador del Tour, en la organización.
Todo eso forma parte de Historias de La Vuelta, además de un apartado central con fotografías que si eres amante del ciclismo te harán recordar momentos vividos y otros que solo imaginó durante la lectura del libro.