Col de Chevreres y La Planche de les Belles Files
Etapa 6
El Col des Chevreres y la Planche de les Belles Filles serán las primeras montañas que decidirán algo en el Tour y será muy pronto en la sexta etapa. Una jornada de alta montaña con 4.000 metros de desnivel en los Vosgos. De inicio dos puertos míticos e históricos del Tour, el Grand Ballon y el Ballon de Alsacia, los primeros que se subieron en la historia gala y después el encadenado Chevreres y La Planche de les Belles Files.
Ninguno de los dos es nuevo. El primero ya se subió en 2014 y por allí pasó en cabeza Purito Rodríguez. Era la etapa diez y para entonces ya se habían ido para casa los dos máximos favoritos, Chris Froome y Alberto Contador. Fue el primer día de dominio absoluto de Vincenzo Nibali. Pese a que son casi 10 kilómetros, el Tour solo considera de relevancia los 3,5 últimos con una media del 9,5% y un kilómetro entero al 15%. Carretera estrecha y metido entre bosques. Hará daño porque después del descenso es difícil reagruparse antes de la Planche des Belles Filles.
El puerto clave de los Vosgos solo se ha subido tres veces en el Tour. La primera en 2012 y supuso el estreno de Chris Froome como ganador de etapa en la edición que acabó ganando su compañero (que no amigo) Wiggins. En la última el keniano también fue protagonista, pero por sufrir más de lo esperado ante un Aru que le acabaría quintando el amarillo en Pirineos. Es un puerto duro, de rampas de dos dígitos mezcladas con algún descansillo. Eso sí la versión de 6 kilómetros al 8,5% se amplia para 2019 con un kilómetro más al 10% y un pico del 20%. Lo que deja una subida de 7 km al 8,7%. El final está ahora mismo en tierra…
Mur de Peguere y Prat de Albis
Etapa 15
En esta edición el Tour visita en sus dos primeras de etapas de montaña de los Pirineos a cuatro puertos con renombre. Peyresourde, Hourquette de Ancizan, Soulor y Tourmalet. Pero se deja para la última, la decimoquinta, una transición por la parte central de Pirineos hasta Foix. Un territorio comanche que siempre da que hablar y que en 2019 verá la primera ascensión al Prat de Albis.
Pero antes de desentrañar el paso por el único puerto inédito de este Tour os vamos a presentar el Mur de Peguere. Está insertado en las montañas del Ariege y no es en sí un puerto, sino que forma parte de otros. Los seis primeros kilómetros, los más suaves, son el Col des Caougnous, lo complicado está en Peguere, los tres últimos. Son una carretera estrecha y con una media del 12,5 %. Durísimo. El Tour al coronar a 1.375 metros enseguida emprenderá el descenso, pero la carretera continua hacia el Col de Portel, ya sin la dureza anterior.
Se ascendió en 2012 por primera vez y se hizo famoso por los clavos que tiraron a la carretera e hicieron pinchar a más de 30 kilómetros. En 2017 por la escapada de Quintana, Landa, Contador y Barguill, que fue el que acabó ganando en Foix.
Y precisamente en Foix, una de las ciudades históricas de Francia y coronada con un castillo cátaro, es donde se estrena el Prat d’Albis. Pese a que el Tour ha llegado más de una decena de veces a la capital de la Ariege, nunca había visitado este puerto. Otro dos cercanos sí han sido final de etapa: Plateau de Beille y Plateau de Bonascre.
La ascensión es la típica de Pirineos. 11 kilómetros al 7% de media, aunque la dureza está en la parte central, con dos kilómetros por encima del 10%. Eso sí, la parte final es más asequible.
Col de Iseran
Etapa 19
Después de una jornada mítica por los Alpes, con Vars, Izoard y Galibier. Llega el techo de este Tour y el segundo puerto (con subida y bajada) más alto que ha ascendido la carrera francesa (el primero es La Bonette Restefond con 2808 metros). Sin embargo el Iseran es un gran olvidado. Tanto que en los últimos 55 años solo se ha subido dos veces, en 2007 y 1992. Eso sí, nunca ha sido final de etapa, lo más cerca, la estación de Val d Isere. Su cima no es un lugar para estar demasiado tiempo parado.
En este Tour 2019 se sube desde la vertiente de Saint Michel de Maurienne, que es casi donde empieza el puerto, justo en el cruce con Galibier. Desde allí se suben más de 2000 metros en 75 kilómetros, casi todos en terreno ascendente y previo paso por el Montee de Aussois, Mont Cenis y La Madeleine (no confundir con el Col de la Madeleine que une La Chambre con Albertville). Eso sí, el Tour solo considera en perfil los últimos 13, desde Bonneval, que son al 7,5% de media y coronan a 2770 metros. Muy similar a los kilómetros finales de su vecino Galibier desde Plan Lanchat.
Por esta misma vertiente se subió por última vez en el Tour de 1963, el día que ganó un ilustre gregario de Bahamontes, Fernando Manzaneque, aunque aquel año estaba corriendo en el Ferrys junto a Pérez Francés, que terminaría tercero en ese Tour.
Buen escalador pese a haber nacido en un lugar tan plano como Campo de Criptana. Era la etapa 16, de 200 kilómetros y más de 4.500 metros de desnivel, y antes se había subido La Croix de Fer. Bahamontes se estaba jugando el Tour con Anquetil y necesitaba sacar tiempo al francés antes de la crono del penúltimo día. Iseran parecía un buen puerto para el toledano, pero no consiguió sacar tiempo a Anquetil. El protagonismo se lo robó Manzaneque con una escapada larga que le dio siete minutos de ventaja sobre el grupo de los favoritos y la victoria de etapa. Aunque ese día Bahamontes se acabaría vistiendo de amarillo por solo tres segundos. Insuficientes para ganar la edición de 1963.
Val Thorens
Etapa 20
El Tour 2019 quedará visto para sentencia en Val Thorens, la estación de esquí a la que solo ha llegado una vez la ronda gala, y fue en 1994, hace ya demasiado tiempo. La etapa de 2019 subirá antes Cormet de Roselend y Col du Pré para afrontar esta larga ascensión de 33 kilómetros al 5,5%. Un puerto eterno con los últimos 10 siempre por encima del 6/7% y que al ser final de carrera hará daño. Además será el segundo final más alto de la historia 2365 metros, solo por detrás de Galibier.
Si miramos a la única vez que el Tour llegó a la estación de esquí descubrimos el ‘milagro’ Piort Ugrumov. Era ya la etapa 17 de un Tour de Francia que había dejado casi toda la montaña para el final. El día anterior se había llegado a Alpe d Huez, en Pirineos hubo finales en Hautacam y Luz Ardiden y por el camino habían ascendido el Mont Ventoux. Antes de la etapa el letón de Gewiss era el noveno de la general a 14 minutos de Miguel Indurain, no parecía ni la sombra del hombre que había hecho sufrir al navarro en el Giro en Oropa un año antes.
La etapa subía Glandon, en cuya bajada se cayó Pantani, y después La Madeleine. La fuga de Ugrumov a pie de Madeleine con su compañero Riis y con Cacaíto Rodríguez no preocupaba a Indurain. Tampoco la de Leblanc y Pantani, que se fueron poco después, pero sí la respuesta de Virenque, que era segundo. El acelerón de Indurain la acabaría pagando De las Cuevas, que ese día perdió 20 minutos.
Los favoritos se reagruparon en la cima y afrontaron Val Thorens todos juntos. Por delante Riis hizo el trabajo sucio y ‘regaló’ a Ugrumov una ventaja de más de minuto y medio sobre Pantani y 2.37 sobre Indurain y Virenque. Eso sí, la etapa fue para el colombiano Cacaíto, que aprovechó a la perfección los intereses de Gewiss. El drama estuvo por detrás. La organización se vio obligada a repescar a 68 ciclistas que habían llegado fuera de control.
Val Thorens solo fue el inicio. Al día siguiente en la meta de Cluses el letón ganó la etapa después de atacar en Croix Fry y sacar ventaja en La Colombiere. Metió 2.30 a Indurain y Virenque y se puso tercero. Pero su gran día fue la cronoescalada de Avoriaz, si, justo la jornada siguiente. Su exhibición fue tal que en los 47,5 kilómetros sacó 1.38 a un escalador puro como Marco Pantani y ¡¡¡3.16¡¡¡ al tercero, un tal Miguel Indurain. Virenque acabó a más de siete minutos ese día.
El premio, el segundo puesto en el podio de París a 5 minutos de Indurain cuando a tres etapas de montaña del final estaba a más de 14 minutos.