Hace años parecía que todos los modelos de bicicleta contrarreloj de los equipos profesionales caminaban por las mismas pautas. A finales de los ochenta y principios de los noventa parecía claro que la cuestión estaba en bajar el manillar lo máximo posible. Hasta que llegó LeMond con su manillar de triatleta elevado y ganó el Tour. La Espada de Miguel Indurain a mediados de los noventa marcó el inicio de los cuadros de carbono anchos y aerodinámicos. Después se volvió al perfil más redondo y más ligero, pero últimamente la tendencia no solo es buscar las líneas totalmente planas, sino incluso a dotas de un ‘carenado’ a las bicicletas, como las que se usan en triatlón.
Eso sí, aquí se empiezan a marcar las diferencias. Hay marcas que confían en ganar aerodinámica integrando la potencia en el cuadro y que el manillar de triatleta sea totalmente plano, incluso con tendencia negativa, como la Argon 18 que llevó Miguel Ángel López o la Canyon de Nairo Quintana. Con la potencia integrada, pero con el manillar de trialeta elevado según las exigencias de cada ciclista van las Mérida del Bahrein, las BMC (como la que llevó Rohan Dennis) las Kuota del Cofidis, las Trek, las Lapierre de la FDJ, la Scott de Yates, la Pinarello de los Sky o las Orbea del Euskadi Murias.
Con la potencia por fuera del cuadro están las BH del Burgos, las Colnago del UAE, las Cannondale y las De Rosa del Caja Rural.
Otro de los puntos importantes es reducir el rebufo que crea la rueda trasera, por eso las marcas cada vez más reducen el paso entre el cuadro y la rueda. Eso sí, sin pasar el límite de lo permitido por los jueces, que revisan todas las bicicletas, las pesan y las miden, antes de que cada ciclista tome la salida. Eso sí, cada marca le da una solución a la adecuación a la rueda trasera. Totalmente curvado la De Rosa del Caja Rural, la Cerveló del Dimension Data, Giant o Cannondale. El resto conservan las líneas rectas.
A la hora de ‘esconder’ el freno delantero también toman distintas opciones. Cannondale, Cerveló y Specialized directamente pasan de ‘esconderlo’ y lo deja a la vista como en una bicicleta de carretera convencional. Pero la tendencia de la mayoría es ponerlo detrás de la horquilla, como las Kuota o las BH o a ocultarlo en el interior de la misma, que son la mayoría. Canyon, Trek, Scott o Bianchi.
Con el freno trasero también hay diferencias. Aunque la mayoría lo situan en la parte de abajo del cuadro, solo lo ponen en la parte de atrás Lapierre, Bh y Orbea. En lo que si hay unanimidad es en los bidones aerodinámicos, que ya no hay marca que no lo tenga.