A principios del siglo XX, el ciclismo se había democratizado y, en un mundo en gran medida libre de coches, las bicicletas eran la forma más barata y rápida para que los ciudadanos británicos pudieran desplazarse por el país. Casi inmediatamente, grandes grupos de jóvenes rodaban alrededor de las calles de la ciudad y del campo. Los tablones de anuncios de las aldeas anunciaban una carrera, y no sería raro tener hasta 100 ciclistas recorriendo una aldea a toda velocidad. Compruebe el tamaño de esta carrera en 1916….
Toda esta conmoción atrajo la atención de los partidos políticos así como la atención de las fuerzas de seguridad, que se enfrentaron a una presión cada vez mayor para hacer algo con respecto a la “amenaza a los ciclistas”, una controversia que persiste hasta el día de hoy.
A finales de la Gran Bretaña victoriana, la policía solía optar por procesar al ciclista, especialmente dada la asociación de la bicicleta con la protesta política y los disturbios de la clase obrera. No ayudó que los ciclistas y los primeros propietarios de automóviles fueran generalmente los miembros más acaudalados de la sociedad británica.
Para evitar nuevos conflictos con las autoridades, un grupo de clubes ciclistas británicos formó el Road Racing Council en 1922 para regular el deporte. En 1937 había tanto tráfico motorizado en las carreteras que la organización de eventos de 100 ciclistas se hizo cada vez más difícil y peligrosa. Por lo tanto, el consejo cambió su estrategia, y su nombre por el de Road Time Trials Council (RTTC).
The Bath Road 100 shows cyclists racing on open roads.
El RTTC se dio cuenta de que si los ciclistas iban en solitario la carretera estaría menos obstruida para otros usuarios y a cada ciclista se le daría un tiempo al final de su carrera, y una posición en la clasificación. La contrarreloj se convirtió en un gran éxito entre la comunidad ciclista británica.
De hecho, el formato demostró ser tan popular que fue adoptado por las carreras de motocicletas y de coches de rally. Y en el ciclismo, las contrarrelojes perduran hasta el día de hoy como parte de eventos como el Tour de Francia. Así que la próxima vez que veas una contrarreloj, recuerda que todo comenzó como una forma de compartir la carretera de forma responsable.