El valle donde nació la montaña del Tour

Escrito por Luis Ortega @ciclored

El Tour y la alta montaña son sinónimos de espectáculo ciclista. Todo el mundo conoce la historia del Tourmalet y de la primera etapa de montaña de la ronda francesa. Del famoso telegrama que recibió Henri Desgrange confirmando que la vía era transitable. Era 1910 y después de salir de Luchón y subir Peyresourde y Aspin se ascendía Tourmalet por la cara de St Marie Campan y se descendía hacía Luz Saint Sauver para afrontar Soulor y Aubisque, los dos últimos puertos de aquella maratoniana etapa de 326 kilómetros con final en Bayona.

Es el Valle de Azun, pero ningún ciclista lo conoce como tal. Suenan más los nombres de sus cimas míticas del Tour. De Tourmalet a Ausbique pasando por Soulor, Hautacam, Cauterets y Luz Ardiden. Son los más famosos. Los que la ronda gala ha repetido una y otra vez hasta la saciedad, pero no los únicos. Está el Col de Borderes, por el que el Tour ha pasado tres veces y en este 2018 será la cuarta y también los inéditos. Spandelles, Troumusse y Col de Tentes o Gavarnie Boucharó. Por aquí solo llegó el antiguo Midi Libre (ahora llamado Ruote de Occitanie) y son los que os vamos a enseñar.

Troumuse

Es uno de esos puertos donde se para el tiempo. Carretera botosa, con baches, estrecha y poco paso de coches. Te recuerda a la época de Coppi o Bahamontes, con la salvedad de que ellos jamás pasaron por aquí en el Tour. Troumuse es uno de los grandes desconocidos. Debes seguir la carretera hasta Gedre y allí arranca una ascensión a escalones que tiene una parte final con 17 kilómetros de subida.

Hay alguna pared, pero es un puerto ciclable con medias por kilómetro entre el 7 y el 9%. También algún descansillo como el que hay a falta de casi tres kilómetros a la cima. Justo después del río que atraviesa la bajada y cuando se entra en la zona de curvas en zeta y rampas sostenidas del 10%.

Dependiendo de la época del año no es raro verlo cubierto de nieve. La cima es de las más bellas del Pirineo, con el Circo de Troumuse.

Gavarnie (2.208 metros)

La ascensión a Gavarnie/Col de Tentes es la continuación natural de la etapa de Troumusse. La misma carretera que en Gedre tomamos a la izquierda es la que tenemos que continuar para llegar a Gavarnie. Siempre en un ligero ascenso (aunque hay algún tramo en el que dudas si quitar el plato o no).

En el pueblo de Gavarnie arranca la subida al Col de Tentes. Por números no tiene nada que envidiar a ningún coloso del Pirineo. Desde allí son 11 kilómetros a una media de 8%. Casi siempre constante menos en la zona central, con kilómetros completos al 10% de promedio. Lo que engancha es su paisaje y la forma en que está diseñada la carretera, que va curvando por tramos hasta busca la cima a 2.200 metros (más que Tourmalet).

Desde allí todavía sale un camino estrecho hasta Boucharó y desde el que se puede ver la Brecha de Rolando, es paso montañoso entre España y Francia. Las vistas merecen la pena el esfuerzo.

Borderes (1.156 metros)

La subida a Borderes siempre ha sido una vía de paso hacia el Soulor. Parte desde la misma ciudad, Argeles Gazost, pero a los pocos kilómetros se desvía a la izquierda para buscar el Lac de Estaing. No es ni la ascensión más dura, pero siempre suele ir intercalada entre otras y acaba haciendo daño.

Desde Argeles vía Sireix salen 14,7 kilómetros a una media del 5%, mientras que si te desvías por Arrens la subida es algo más larga, 17 kilómetros, pero con menos desnivel 4,3%.

El Tour ha pasado muy pocas veces por allí, 1987 con el holandés Teun Van Bliet en cabeza, y una más mítica en 1989 con un tal Miguel Indurain, que coronaba en busca de su primer triunfo en la ronda gala en Cauterets.

Spandelles (1.378 metros)

Y si la subida a Borderes se hace por el lado izquierdo de la ascensión a Soulor, para encontrar el camino del Col de Spandelles debes buscar el lado derecho si partes de Argeles Gazost. Es una de esas subidas que siempre han sonado para el Tour de Francia, pero que nunca se ha incluido en ninguna de sus etapas.

Desde la vertiente de Spandelles no tiene el mejor asfalto. Es una carretera estrecha y rugosa. Antigua. De las que se revisan cada muchos años. Quizás eso hace que aumente su dureza. Salen 16,2 kilómetros al 6% de media, pero la dureza está concentrada en los últimos 6, cuando se pasa por Couraduque y el desnivel no baja del 9%, con porcentajes de hasta el 12.

La bajada tiene incluso peor asfalto y va a desembocar a Ferreries, por donde se puede volver a subir Soulor.