1. Elige el lubricante adecuado
Hay una gama increíblemente amplia de lubricantes desarrollados para varias condiciones. El tiempo es probablemente la regla más razonable a seguir a la hora de elegir la que mejor se adapte a sus necesidades. Hay lubricantes húmedos para el tiempo húmedo, la nieve, la lluvia o el tiempo seco. Algunos lubricantes hacen su trabajo en un clima seco ya que atraen menos suciedad que los húmedos, sin embargo, debe volver a aplicarlos con más frecuencia, al menos cada 200 km. A pesar de su menor resistencia a la humedad y al agua, los lubricantes a base de cera mantendrán la cadena limpia y la ropa menos sucia. Dicho esto, es probable que se usen en climas áridos. Incluso hay lubricantes avanzados, como el Bike WorkX Chain Star, desarrollado para penetrar en los eslabones de la cadena lo más rápido posible y permanecer en ellos tanto tiempo como sea posible. El fluido consta de dos componentes: la vaselina, que ha demostrado ser uno de los mejores lubricantes, y un tipo especial de diluyente que ayuda a introducir la vaselina profundamente en los eslabones de la cadena. Una vez que el diluyente se evapore, la vaselina hará todo lo posible para que su cadena funcione silenciosamente. Los bikers que prefieren ir en el barro probablemente usarán algún agente más duradero que contenga una sustancia más pegajosa similar a la vaselina, como por ejemplo el lubricante Bike WorkX Extreme.
2. Limpia la cadena
Prueba la bici dando pedales hacia atrás en vacío. El potro es la mejor opción, pero puedes ayudarte apoyando la bicicleta contra una pared. Aplica algún tipo de desengrasante a la cadena. Los conseguirás en todas las tiendas de bicicletas o incluso en los estantes de los grandes centros comerciales. Para el siguiente paso, necesitarás un trapo. La acción no requiere ninguna tela especial – una camiseta vieja hará un gran trabajo. Una vez que el desengrasante esta rociado, sostén el trapo contra la cadena de la bicicleta y con la mano libre mueve los pedales hacia atrás para que la cadena corra a través del trapo. Si el proceso se sale la cadena del plato, simplemente colocala de nuevo y continua con la limpieza. Repitelo unas cuantas veces hasta que se vea sin suciedad.
3. Aplica el lubricante
Por lo general, el lubricante consiste en diferentes componentes que se separan después de algún tiempo de estar de pie. Para mezclarlos, agita bien el recipiente. Ahora aprieta la botella para que el líquido caiga sobre la cadena. Una vez más, usa tu mano libre para correr la cadena hacia atrás para que el lubricante se pegue a toda su longitud de manera uniforme. Pedalea hacia atrás durante un minuto, ayudará al lubricante a llegar a los eslabones de la cadena donde más se necesita.
4. Limpia el lubricante sobrante
Muchos ciclistas lo omiten, aunque esto es muy importante. ¿Por qué? Aunque no es necesario lubricar el exterior de los eslabones de la cadena, puede atraer suciedad y empeorar el rendimiento de la cadena después de un tiempo. Para limpiar la cadena del exceso de lubricante, siga el paso 2 sólo con el trapo en la otra dirección.