Cuerpo
La bicicleta, como cualquier medio de transporte, viene con su propio conjunto de riesgos, y aunque no pienses que estás yendo muy rápido, no tienes tanta protección como en un coche. Eso no quiere decir que no puedas romperte una clavícula rodando a 20 kilómetros por hora.
Los Pro-Boxers golpean a 30 kilómetros/hora y una caída media yendo despacio puede ser a 20 por hora – más o menos la velocidad del ciclista del vídeo. Las consecuencias no parecen las mejores. Esa es una buena razón para no revisar tus mensajes o Instagram mientras pedaleas.
Mente
Los ciclistas experimentados se vuelven adictos a la calma zen que emerge de la unión entre ciclista y máquina. El pedaleo rítmico, el suave jadeo de la respiración, el deslizamiento de una cadena bien engrasada, acentuada sólo por el cambio de marchas ocasional. Es el paraíso.
Así que, ¿por qué arruinarlo con las llamadas de los niños o, peor aún, con un colega del trabajo preguntando dónde has guardado un archivo? ¿Por qué mancillar la tranquilidad de la bici con la ansiedad del rendimiento? Deja tu teléfono en modo avión y disfruta. Usar el teléfono mientras vas en bici es malo tanto para la mente como para el cuerpo.
Bolsillo
Hay muchos soportes de teléfono disponibles para que los ciclistas puedan elegir, y muchos de ellos se someten a pruebas rigurosas. Pero con la mejor voluntad del mundo, estos pueden fallar, y muchos ciclistas se sienten tentados a coger sus teléfonos mientas pedalean sin detenerse primero.
https://www.youtube.com/watch?v=Y2pffy7_qxs
No es nada agradable para tu bolsillo ver tu teléfono destrozado en el suelo. Así que hazte un favor. Deja tu teléfono en el maillot mientras pedaleas. Además, también te arriesgas a ser multado si te ve la Guardia Civil o si subes las fotos a las redes sociales.