Si hay algo hacia lo que tiende el ciclismo en los últimos años es a la individualización. Cada ciclista es un mundo y su cuerpo también. Diferentes longitudes de piernas, de brazos, de tronco, flexibilidad, giro de tobillo, posición de los pies… son solo algunas de las variables con las que trabajan los biomecánicos. Por tanto, encontrar bicicletas estandarizadas para cualquier ciclista dependiendo de su altura (como se hacía años atrás) es algo casi imposible.
Como los fabricantes de bicicletas no pueden atender a todas la variables en sus modelos (y creadores de bicicletas a medida hay muy pocos en el mercado) la labor del biomecánico consiste en adecuar la bicicleta al ciclista. Suelen ser tres pasos.
– Primero consiste en medir al ciclista.
– Después analizar su posición en la bicicleta
– Y por último modificar las medidas de la bici y resituar las calas (si es necesario) para que se coloque encima de ella de la forma más adecuada.
Helena Martín, de HMBiking, nos explica en este vídeo como se analiza la posición de un ciclista siguiendo el sistema Retul de 3 D
El mayor beneficio de la biomecánica tiene que ver con las lesiones que se producen por una mala posición en la bici. Unas calas mal colocadas suelen ser la causa de las tendinitis en la rodilla, un sillín demasiado alto provocará dolores en los isquiotibiales y uno demasiado bajo en los cuádriceps. Una potencia corta o larga suele crear problemas de cervicales y de lumbares, al igual que un manillar demasiado alto o bajo.
La biomecánica también afecta al rendimiento del ciclista. Una mala posición no solo crea mayor cansancio y dolores musculares a largo plazo, sino que impiden generar la máxima potencia de tus grupos musculares. Ir sentado demasiado atrás o demasiado delante en el sillín hace que se pierda fuerza de la que trasmites a los pedales. Unas bielas demasiado largas o demasiado cortas harán el mismo efecto.
Otro de los aspectos que no se suelen tener en cuenta son las mejoras de seguridad que aporta una buena biomecánica. Una posición adecuada en la bicicleta ayuda a repartir mejor el peso y afrontar con garantías los descenso. También a dominar mejor la máquina para las situaciones límite de frenazos o cambios de dirección. Una potencia demasiado larga no te dejará llegar con facilidad a los frenos ni agarrarte en la parte baja del manillar, por lo que en las bajadas tendrás serios problemas de seguridad. Sucede lo mismo con una potencia demasiado corta. Irás encima del eje de la rueda delantera y no tendrás margen para poder girar en las curvas.
Así es un estudio biomecánico completo. Por HM Biking.