Y es que en los inicios de las cicloturistas, la cabra tiraba al monte. Es decir, se trataba de emular a los ciclistas profesionales en los retos más duros de Giro, Vuelta o Tour. No en vano la Maratona dles Dolomitas, en el corazón de las montañas del norte de Italia, roza ya la edición número 30 al igual que La Marmotte Alpes, francesa con Galibier y Alpe d Huez o la QH española, que atraviesa los Pirineos desde Sabiñánigo. Grandes eventos que reúnen cada año a más de 8.000 ciclistas y con listas de espera incluidas, pero están lejos de grandes núcleos de población.
Pero en cuanto el cicloturismo se globalizó aumentó el público y también la demanda de nuevos retos. Las montañas estaban muy bien, pero no siempre son ciclables para todos los niveles. Se trataba de llevarlo a las grandes ciudades, aquellas de más de un millón de habitantes y de conseguir que las autoridades confiasen en el producto, autorizasen cerrar al tráfico las calles más importantes durante unas horas y a cambio llenarlas de miles de ciclistas intentando ir lo más rápido posible, no un monótono día de la bicicleta.
El aliciente para los ciclistas es dominar la ciudad, aunque solo sea un día. Incluso poder competir por las calles igual que los profesionales en la última etapa del Giro. Y de paso, una excusa para hacer turismo en Roma, Nueva York o Londres. La apuesta funcionó y estos son algunos de sus resultados más espectaculares.
Gran Fondo de Roma
Si hay una ciudad turística y con un tráfico caótico esa es Roma. Pedalear por ella no es lo más sencillo del mundo, hasta que llegó la GF Roma en 2013. Primero al abrigo del recorrido del Giro del Lazio profesional y después con entidad propia. Lo que propone es casi un sueño ciclista y totalmente cerrado al tráfico. Salida de las puertas del Coliseo para rodar por Piazza Venezia, Foro Romano, Via del Corso, Piazza di Spagna, Piazza del Popolo y salir de Roma hacia los montes Albanos y Castelgandolfo para terminar volviendo por la Vía Appia, atravesar la muralla romana y levantar los brazos dentro de las Termas de Caracalla, justo al pie del Circo Massimo.
En números para el cicloturista medio supone un reto asequible de 120 kilómetros y 2.000 metros de desnivel, pero la sensación de ‘dominar’ Roma durante una mañana en el mes de octubre no tiene precio. Para la sexta edición ya espera más de 6.000 ciclistas que pueden vivir el evento a su aire. Ellos mismos la definen como una cicloturista ‘agonisti‘. Es decir, con libertad para ir todo lo rápido que quieras e incluso con premios para los primeros y retransmisión en directo de la RAI.
Prudential Ride Londres
Gran parte de culpa de la eclosión del ciclismo en el Reino Unido la tuvieron Bradley Wiggins y el Team Sky a partir de 2010. Hasta entonces el ciclismo y, por extensión, el cicloturismo, eran deportes residuales para los británicos. Ni siquiera la salida desde Londres del Tour 2007 dio el empuje que consiguió Wiggins al ganar el Tour 2012 y la medalla de oro en la crono de los JJ OO de 2012. Desde entonces los británicos han ido poblando las cicloturistas más importantes de Europa, pero les faltaba un gran evento en el corazón de Inglaterra. La elección, Londres.
Y lo hicieron a raíz de los JJ OO y a imitación del Maratón de Londres, no en vano ya que son parte de la organización. Nació en 2013 y además unen en el mismo fin de semana de agosto dos carreras profesionales, Prudential RideLondon-Surrey Classic para chicos y Prudential RideLondon Classique para chicas, un día de la bicicleta y dos versiones cicloturistas Prudential RideLondon-Surrey 100 millas y Prudential RideLondon-Surrey 46 millas.
La propuesta era salir del Parque Olímpico Queen Elizabeth para atravesar todo Londres hacia las colinas de Surrey y volver por Wimbledon para atravesar el Támesis y meterse de lleno en la ciudad y pasar por el Parlamento, Trafalgar Square y terminar en The Mall, justo al lado de ST James Park, el Big Ben o Downing Street. En total 160 kilómetros y con una versión más corta de solo 75.
GF New York
Si en Londres y Roma han conseguido cerrar el centro de las ciudades, en la GF New York la marcha no tira hacia Central Park, Manhattan o la 5ª Avenida. Tiene que buscar lugares menos transitados de New Jersey. Eso sí, la salida es del puente de George Washington, justo a la espalda de Manhattan y desde allí se afronta una marcha dura y de velocidad libre de 160 kilómetros (la mítica cifra de 100 millas) y 2.800 metros de desnivel, a la altura una etapa complicada de cualquier vuelta profesional.
La historia de la GF New York también es reciente. Arranca en 2011, pero desde entonces se ha convertido en un evento que reúne cada año a mediados de mayo a 5.000 ciclistas. Sus fundadores son cicloturistas empeñados en hacer de la ciudad un lugar más agradable. Eso sí, ambos han bebido de las cicloturistas italianas ‘agonisti’ así que el objetivo es competitivo. Carreteras cerradas, velocidad, premios para los vencedores e incluso control antidopaje.
La gran virtud de la GF New York es que en estos años ha crecido de forma exponencial y ha extendido su logo GFNY por todo el mundo. Ahora mismo hay 11 franquicias en lugares tan dispares como Cozumel, Bari, Colombia, Indonesia o Costa Rica. Intentaron el salto a la GFNY Barcelona pero no funcionó y en 2018 incorporan las versiones de Alemania y Jerusalen coincidiendo con el inicio del Giro de Italia.
Cape Town Classic
Los organizadores de la Cape Town Cycle Tour la consideran como la cicloturista más grande del mundo. No les falta razón. En la sudafricana Ciudad del Cabo, con 3 millones de habitantes, se llevan reuniendo más de 35.000 ciclistas en los últimos años y es una de las más longevas de las que se organizan en el mundo, con 40 años de vida. Evidente jamás pensaron que llegaría a estas cotas pero lo que empezó siendo una cicloturista como final de la carrera profesional del Giro del Capo por las colinas de Ciudad del Cabo se ha convertido en una semana repleta de eventos ciclistas que también incluyen carreras de MTB.
A principios de marzo a Ciudad del Cabo llegan ciclistas de todo el mundo para afrontar los 110 kilómetros de la marcha que también tiene espíritu competitivo, al menos entre los que marchan en cabeza de carrera. En la línea de meta han levantado los brazos ilustres ex profesionales como Robbie Hunter, Van Rensburg o Arvesen.
Eso sí, en los 40 años de vida han pasado mil problemas, pero quizás el más espectacular se vivió en este 2017, cuando la cicloturista tuvo que ser suspendida por los vientos huracanados de más de 100 kilómetros/hora que impedían a los ciclistas mantenerse encima de la bicicleta.