Para contaos la Škoda GF San Sebastian Trek nos hemos querido poner en la piel de los participantes. Los que tuvieron que sudar para superar los recorridos Gran Fondo y Medio Fondo. El primero superaba los 180 kilómetros y los 2.860 metros de desnivel. Y el segundo algo más de 120 kilómetros y 2.460 metros de desnivel. Así que ninguno de ellos se podía considerar un simple paseo. Y es que el terreno por el que discurría la marcha, entre Guipuzkoa y norte de Navarra lo difícil es encontrar kilómetros llanos. Un rompepiernas continuo con puertos cortos y millones de repechos escondidos.
Eso sí, como siempre, en la previa del sábado tocaba recoger dorsales y darse un ‘garbeo’ por la Feria para ver las nuevas Trek y ‘robar’ alguna foto con Haimar Zubeldia, el ya ex profesional del equipo Trek Segafredo que fue el encargado de apadrinar la marcha y cortar la cinta de inicio. Jugaba en casa. Así que el recorrido se lo conocía de sobra. También para probar el maillot azul de la marcha (esta vez iba a ser la Marea Azul).
Y el sábado, sobre todo para los que venían desde lejos (el 47% de la participación era de fuera del País Vasco), como Juan Antonio, que vino desde Consuegra (Toledo), se antojaba ideal para conocer los puertos de la zona y Jaizkibel con su historia en la Clásica de San Sebastián como una cita obligada. Y para darse una vuelta por el Casco Viejo y probar algunos pintxos para coger fuerzas.
A pedalear
Madrugón, aparcamiento cerca del Velódromo de Anoeta, maillot, chaleco, guantes para los más frioleros y a las 08.00 en los cajones de salida dispuestos a pedalear. Ese fue el recorrido común de nuestros tres protagonistas. Imanol, que vive a 20 kilómetros de la salida para rodar por carreteras bien conocidas, Juan Antonio y Ziortza para descubrir las ‘emboscadas’ de la Škoda GF San Sebastian y los ‘repechitos’ de la zona del norte de Navarra. Y es que el recorrido de la Gran Fondo estaba casi al 50% repartido entre Guipuzkoa y Navarra. Ziortza, campeona de España de Ultrafondo, lo define como una “etapa muy rompepiernas, a excepción de los 20 km finales desde Orio a meta, no hay zona llanas. Subidas tendidas y bajadas técnicas con emboscadas al más puro estilo basque country”
Kilómetros iniciales en ligero ascenso para ir entrando en calor camino de Goizueta. Pelotones agrupados, por el carril derecho y siempre con el control de la Ertzaintza (o la GC en Navarra) delante para abrir paso y asegurar los cruces. Eso sí, los semáforos tocaba respetarlos porque la marcha no estaba cerrada al tráfico, sino controlada y con voluntarios en cada cruce echando una mano. La gran ventaja, como dice Imanol, “es que en el recorrido había solo una decena de semáforos y que durante muchos kilómetros el tráfico de coches era prácticamente inexistente, por lo que se podía ir tranquilo”.
Bosques de hayas y robles con las primeras hojas del otoño en el suelo y a subir Basakabi, 15 kilómetros según el rutómetro pero solo siete de ellos de puerto real con desniveles entre el 5 y el 7%. Ideales para dar movimiento a las piernas y entrar en calor entre la niebla. Solo en el último kilómetro salió el sol. Había que coger ritmo porque la bajada hacia Gorriztarán era el punto más ‘frío’ de todo el recorrido y peligroso por la humedad del asfalto. Allí en el kilómetro 48 se bifurcaban las rutas. Los 1.000 ciclistas de la Gran Fondo hacia la izquierda para afrontar el puerto de Saldías y los 1.000 de la Medio Fondo a la derecha en dirección a Leitza y el largo descenso hasta Tolosa.
La’trampa’ de Saldías
Camino de Saldías para la Gran Fondo estaba la primera ‘trampa’. De esas que los perfiles ‘mienten’ con los desniveles medios. Terreno descendente y de repente giro a la derecha y una pared del 18%, que como te pillase con el plato metido hacía que ‘se te calara’ la bici. A alguno incluso le tocó echar pie a tierra. No le tocó a Juan Antonio porque “ya me fue avisando Imanol de que quitase plato. La rampa sorprende porque no te la esperas. Se hace durísima. Es quizás el único tramo de la marcha en el que tienes que sufrir sí o sí”.
Después dos kilómetros a una media del 10% para terminar de rematar las piernas. Menos mal que el descansillo dejaba paso a kilómetros humanos al 5% para terminar Saldías y afrontar los kilómetros de falsos llanos y repechos hasta Lekumberri.
Avituallamiento, patrocinado por Etixx con frutos secos, pasteles, bebidas isotónicas, fruta…, y 93 kilómetros ya en el cuerpo y unos 1.400 metros de desnivel. Medio trabajo ya hecho. Y nada mas salir Uitzi, uno de esos puertos que con un pelín de fuerza se puede subir por completo a plato. Paso por Leitza (pueblo natal del Sky Mikel Nieve), unión con el recorrido de la Medio Fondo y largo descenso (salpicado de repechos, claro) para entrar de nuevo en Guipuzkoa por Tolosa.
Y en todo el camino si conseguías tener ritmo para ir delante podías tener el privilegio de conversar con un top ten del Tour como Haimar Zubeldia, que además de invitado especial hizo la marcha al completo. Es más Juan Antonio nos dejó claro que “no ha ganado ni un gramo. Se le veía igual de fino que cuando estaba corriendo. Es de esos ciclistas que impresionan al ver la delgadez que tienen”.
Desde allí había que volver a empezar a subir. Eso sí, ya con 16/18 grados de temperatura. Alkiza con poco más de cuatro kilómetros al 6% es ideal para abrir boca antes del avituallamiento. Bajada rapidísima hacia Asteasu y subida al último puerto con nombre del recorrido, Andazárrate. Largo, con casi siete kilómetros, pero con desniveles continuos y sin grandes paradas. Premio de avituallamiento en el falso llano del descenso en Aia y desde allí 30 kilómetros a la meta que se presumían sencillos. Primero bajada y luego llanos, en teoría.
Galarreta y meta
Pero esa teoría si se trata de Guipuzkoa se rompe a cada metro. Repechos al paso por Orio y en toda la transición hasta Galarreta, que en condiciones normales es una subidita y que con 176 kilómetros en las piernas se convierte para algunos “que han estado de vacaciones ciclistas en agosto”, como dice Ziortza, en una pared infranqueable. Aunque te digan que a sólo cuatro kilómetros esta la línea de meta. La rampa del 8% hizo algo más quedaño.
Y al llegar la charleta, el pasta party (con pasta o arroz con diversas salsas para elegir y tarde de postre), las duchas y para algunos más ganas de bici dando vueltas al Velódromo de Anoeta o como en el caso de Ziortza para terminar con 70 kilómetros de ‘regalo’ hasta casa. Ventajas de empezar y acabar el recorrido en un lugar tan ciclista como ese, que ya tienes todos los servicios incluidos.
Al acabar la inevitable comparación con su ‘hermana’ Polar GF La Mussara, también patrocinada por Skoda. Ziortza, que ha hecho las dos, cree que la Skoda GF San Sebastian Trek “sigue la línea de La Mussara en cuanto a datos, 2000 ciclistas el primer año es un éxito, pero esta tiene un recorrido más rompepiernas con el desnivel más repartido, terreno más sinuoso y bajadas más técnicas”.