Quien no hace deporte es porque no quiere. Porque mejor excusa que estar en una gran vuelta ciclista por etapas con jornadas eternas que comienzan al alba y terminan bien entrada la noche, no hay ninguna. Y aún así, la gran familia nómada que forma la Vuelta a España es tremendamente activa. Cada mañana no es difícil cruzarse con alguien de la organización o algún director deportivo que madruga un poco más de la cuenta para hacer ejercicio. Periodistas, miembros de la organización y directores de los equipos, la mayor parte ex ciclistas, engrosan la lista.
El deporte más recurrido es el running. Tiene una doble explicación: implica menos tiempo a invertir y además, el material necesario para hacerlo ocupa poco en la maleta. Bastan un pantalón corto y una camiseta y las zapatillas. Al pelotón del footing se han sumado muchos ex ciclistas. Xavier Florencio, por ejemplo. El director del Katusha, ciclista profesional hasta hace cuatro años no falla ningún día. En Roquetas de Mar, donde ha dormido el equipo ruso después de la etapa con final en el Calar Alto, aparece a las 9 de la mañana cubierto de sudor. “10 kilómetros he hecho”. Su físico aún se confunde con el de cualquier ciclista profesional en activo.
Igual que Neil Stephens. El australiano afincado en el Orica-Scott es de los fijos a los que se puede ver trotando allá donde haya pernoctado su escuadra. Seguirle ya es otra cosa. “Él va por su cuenta, va muy rápido”, dice Bingen Fernández, director del Dimension Data. Bingen también corre. Desde que dejó la bicicleta en 2009 ha mantenido la forma a raya. “Hago 30 minutos todos los días, no da tiempo para más”. Suele salir solo pero en muchas ocasiones acompañado por Alex Sans, el primer director del Dimension Data y gran aficionado a la escalada.
Tampoco falla a su cita diaria Jorge Ferrio. El pequeño ex corredor del Andalucía Cajasur y del Paternina sale “todos los días, pero por las tardes. Porque a las mañanas no me gusta, prefiero dormir. Mira, justo hoy hemos salido a las ocho y cuarto de la mañana, eso para mí es madrugar. Me gusta más correr después de las etapas, cuando llegamos al hotel. Suelo hacer algo menos de una hora y los días de descanso, 20 kilómetros”.
A los que les da tiempo a pedalear
En el bando de la bicicleta también hay unos cuantos. El más reconocido, Perico Delgado. El ganador del Tour de 1988 y ahora comentarista de TVE aprovecha el gran espacio del que cuentan en los camiones de televisión para transportar su bici. “Salgo unas dos horas como mucho pero de vez en cuando y sin orden. Dependiendo de las ganas”, cuenta.
Otros no perdonan, como es el caso de Patxi Vila, director del Bora-Hansgrohe y hombre de confianza de Peter Sagan. A Patxi no le importa despertarse a las seis de la mañana para salir a la carretera a pedalear. “Si no lo hago a esa hora no puedo en todo el día”. Óscar Pereiro, ganador del Tour del 2006 y ahora embajador de la Vuelta también salía a andar en bici. “El año pasado sí, pero esta vez no me la he traído”, confiesa.
Luego están los que prefieren otro tipo de entrenamiento, o los que lo tienen que hacer por obligación como es el caso de Pablo Lastras. El ex ciclista del Movistar tuvo que retirarse en 2015 a causa de una fuerte caída que le provocó la fractura de su cadera. Ahora es director deportivo del Movistar. Por las mañanas “nunca bajo al gimnasio del hotel, en mi habitación hago ejercicios de fitball y pesas”, narra. “Esta mañana he visto pasar como locos a Frederick Willens y Addy Engels en bici”, cuenta, sobre los directores del Lotto-Soudal.
Pero quien es insuperable es Dori Ruano. La que fuese medalla de oro de puntuación en pista en 1998 forma ahora parte de la organización como conductora. Y además, exprime sus días al máximo. “Hoy, por ejemplo, he ido a nadar porque teníamos la playa al lado del hotel. He hecho cuatro largos de 250 metros, luego he hecho ejercicios para tonificar los brazos y justo pasaba Ferrio corriendo y me he unido a él. Hemos hecho seis kilómetros, pero tengo los meniscos rotos, así que el último no lo he podido hacer rápido”. Después, prosigue, “si llegamos al hotel con tiempo me pongo el Compex para tonificar. Hago sentadillas con él y también intento hacer todos los días hipopresivos”.
De las doce etapas que lleva transcurridas la Vuelta, dice, “es mi quinto día que salgo a correr. Si tengo elíptica en el hotel lo prefiero porque el cuerpo no sufre tanto”. Con Dori comparte habitación Silvia Tirado, también ex ciclista profesional. Pero seguir el ritmo de Ruano es difícil. “Yo hago deporte cuando tengo tiempo. Hago algún ejercicio con Dori, sentadillas con brazos y hoy he andado y me he bañado en la playa mientas ella nadaba”.