Y es que los nuevos calcetines largos son un espacio imprescindible para la publicidad de los equipos profesionales, que ya los llevan completamente personalizados, y un criterio de diferenciación para los aficionados a este deporte que pedalean por las carreteras y ciudades de medio mundo. Aunque no lo parezca, en tan poco espacio de algodón se pueden mandar mensajes al mundo.
Además, por su situación en el cuerpo del ciclista, son fácilmente visibles desde la parte de atrás, también se utilizan como medida de seguridad reflectante en carretera.
Tampoco han escapado a los criterios de moda. Los calcetines también crecieron para adecuarse a los criterios hipster. El denostado calcetín de media caña, que se veía como un reducto de los años 70/80, aquellos con tres rayas de colores, de buenas a primeras se convirtieron en algo chic de colorines y diseños ultramodernos. Para los ciclistas ya no hay grupetta sin sus calcetines altos diferenciados del resto, ni pierna con el corte del moreno a la altura casi del tobillo.
La moda de los calcetines largos