La energía que utiliza un ciclista durante el pedaleo procede de las reservas de glucógeno que tiene en sus músculos, la sangre, el hígado y en otros depósitos orgánicos y, como es de suponer, se gasta. Por lo que un ciclista que mantenga una actividad moderada o alta, en un plazo aproximado de entre 1,5 y 3 horas -dependiendo de la intensidad del ejercicio- terminará con sus depósitos de reserva. Antes de que esto suceda es necesario que, mediante alimentos concentrados y compactos, se vayan reponiendo en parte los nutrientes y los líquidos que se están consumiendo o se podría llegar a caer en graves desarreglos funcionales (hipoglucemia, deshidratación…).
En lo referente a los líquidos, además de los bidones que lleva la bicicleta instalados en el cuadro, el ciclista va recibiendo bebida a lo largo de toda la carrera pero, en cuanto a los alimentos sólidos, además de prever su administración, hay que cumplir una normativa que regula la forma y el momento en el que los ciclistas pueden recibir, por parte de los asistentes o el coche de equipo, la comida que ingerirá durante el pedaleo.
Lo que dicen las normas
Aunque la UCI marca unas normas generales para las grandes vueltas por etapas, es patrimonio de la organización de cada carrera marcar un reglamento particular en el que se adapta la legislación al recorrido, el kilometraje y las características particulares de cada etapa (puertos, pasos por ciudades…).
La norma general marca que se puede avituallar a partir del kilómetro 50, hasta que falten 20 kilómetros de meta. Pero estas cifras pueden ser diferentes si el director de la carrera lo considera conveniente, atendiendo a posibles imprevistos, como las condiciones meteorológicas o el propio devenir de la carrera.
Cuando existe una escapada, se pueden repartir alimentos en la cola del grupo, siempre que este pelotón sea inferior a 15 ciclistas. Un coche de equipo no está autorizado a avituallar 12 kilómetros antes de un puesto fijo, ni 10 después.
La UCI también especifica que los ciclistas que acepten comida o bebida de los espectadores lo hacen por su cuenta y riesgo. El artículo 2.3.025 del reglamento de la Unión Ciclista Internacional especifica la prohibición de dar avituallamiento en las ascensiones, descensos y 50 primeros y 20 últimos kilómetros.
Y la bolsa
Y llega el momento en el que los auxiliares de los equipos se colocan a la derecha de la carretera, en la zona que la organización ha marcado como “control de avituallamiento” y, de forma magistral, suministran las bolsas con pertrechos alimenticios a los ciclistas. Dependiendo de la longitud del recorrido, la exigencia de lo que queda aún por hacer y de la meteorología (sobre todo la temperatura ambiente reinante) en el interior de la bolsa se suele encontrar:
- – 1 Panecillo relleno salado (queso, jamón…)
- – 1 Panecillo relleno dulce (mermelada, crema de chocolate). En ocasiones se cambia por una porción de pastel de arroz con leche o similar.
- – 1 o 2 Barritas energéticas
- – 1 o 2 Gel con alto contenido en glucosa
- – 1 Bidón de agua
- – 1 Bidón de sales
- – 1 Bebida de fruta o cola
Se intenta que el contenido de cada bolsa pueda proporcionar a los ciclistas entre 1.200 y 1.500 kilocalorías, básicamente en forma de hidratos de carbono de asimilación rápida. En etapas de gran longitud es frecuente que haya más de un punto de avituallamiento completo.